| Lo siento, sabios, estetas,
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| Espíritus poetas, almas delicadas.
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| La falsedad de mi genio y mis palabras.
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| que es la erudición que yo canto,
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| Que es la vida, el asombro,
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| ¿Qué es lo bello, la gracia,
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| Pero solo aspiro al arte de plantar papas.
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| Lo siento por cualquier cosa,
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| Pero quien canta Fado no está aquí.
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| Si fuera para escuchar a Deolinda,
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| Entraron en el lugar equivocado.
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| Estamos en una casa de al lado.
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| Todos caminamos una casa a nuestro lado.
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| Sé bien que hay trolls escritores,
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| Yeseros con letras y sirvientes poetas
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| Y poetas que son verdaderos masones de letras.
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| y canta con arte genuino,
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| El humilde pescador, la modesta varina
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| Y tantas estrellas tuvieron que dedicarse a la pesca.
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| Lo siento por cualquier cosa,
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| Pero quien canta Fado no está aquí.
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| Si fuera para escuchar a Deolinda,
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| Entraron en el lugar equivocado.
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| Es que estamos en una casa de al lado.
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| Todos caminamos una casa a nuestro lado.
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| por no hacer lo que mas me gusta
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| canto con disgusto, el hecho de que estoy aquí
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| Y en algún lugar sé que alguien de mal humor
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| Tome mi lugar.
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| Nadie está bien con lo que tiene.
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| Y siempre hay uno que viene y nos va a ayudar:
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| Pero casi siempre ese alguien no es quien debería ser.
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| Lo siento por cualquier cosa,
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| Pero quien canta Fado no está aquí.
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| Si fuera para escuchar a Deolinda,
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| Entraron en el lugar equivocado.
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| Es que estamos en una casa de al lado.
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| Todos caminamos una casa a nuestro lado.
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| ¡Y es el cambio lo que te propongo!
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| No es un paso temeroso hacia oscuras utopías;
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| Es tan sencillo como cambiar de lugar en la telefonía.
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| Te propongo que lo intercambies contigo y aciertes! |