| Conocerse a uno mismo comienza
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| Cuando levantas la mirada a las estrellas
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| Aquí viene Shamas, el que brilla a través de su gloria
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| Esperando ser conocido
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| Vive solo pero sin privacidad.
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| Sin, el dios de la luna
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| El letrista talentoso pero desviado
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| Está destinado a vagabundeos solitarios y una vida aventurera.
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| Veo a Nergal, el epítome del celo y la violencia.
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| Pretende lograr el equilibrio adecuado entre acción y desenfreno
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| Istar es elegante e irresistible
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| Una dedicación sin límites condenada a caer en la locura
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| Y está Nebo, el concienzudo
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| Hábil, y claramente sin corazón, salvo para sus propios fines.
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| Un genio olvidado cuya inteligencia se convirtió en mentiras
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| El, el ágil, que ha tirado demasiadas piedras
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| Así teniendo venganza esclavizando las mentes débiles
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| Por fin una estrella muerta carbonizada por la luz de la gloria
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| Así definiremos nuestra naturaleza celestial
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| A través de las siete estrellas habita nuestra vocación, nuestro trabajo
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| Adar, el creador de la orden
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| Es puro y está nominado a grandes obras de fe y ciencia.
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| Merodack, el jovial, aquel cuyo nombre le robaste
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| Obtiene el poder solo por el consentimiento de sus compañeros.
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| El consentimiento del templo
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| Eres Nebo, el antiestético
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| Hábil, y claramente sin corazón, excepto para tus propios fines.
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| El genio olvidado cuya astucia se convirtió en mentiras
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| Tú, el ágil, que has tirado demasiadas piedras
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| Así teniendo venganza esclavizando las mentes débiles
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| Por fin una estrella muerta carbonizada por la luz de la gloria
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| Así definiremos nuestra naturaleza celestial |