| Me tomó casi un año para venir
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| Pensé que aparecería aquí antes
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| Por eso más corto fue el tiempo
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| Hasta que encontré el lugar donde duermes
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| Nuestro pasado me atrapó de nuevo
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| Este horizonte de montañas, como siempre amenazante
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| Se levantó detrás de mí, todo menos bien dispuesto
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| Como un orbe que se rompe
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| Bueno, eso se intensificó rápidamente, como era de esperar.
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| Porque como sabemos ahora, fuimos criados por lobos
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| Así que ten cuidado si jodes con el ayuno
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| El pasado al menos no te joderá...
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| Nunca… jamás… esta melancolía pasará…
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| Pongo un pie en nuestra ciudad y me siento tan relegado
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| Los días que vivimos aquí cuando éramos niños, no parecen muy lejanos
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| Mientras nos escondíamos juntos en estos campos y nos metíamos en el centeno
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| Destruí sus recuerdos de infancia.
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| En conseguir una cosa clara
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| Y al hacerlo, traté de incendiar su mundo.
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| Ahora vine por tu cementerio
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| Por primera vez en estos días
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| Finalmente se dispuso a realizar una visita fugaz...
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| En la oscuridad de una noche...
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| Llevé esta foto durante los últimos doscientos ochenta días
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| Solo para ponerlo cerca de tu última sonrisa, tan cerca, pero mucho más allá
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| Luego hice todo mi ajuste y lo olí de tu lápida
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| Oh, créeme hermano, me lo tragué todo de una vez...
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| Nunca escribiré paz en tus alas
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| Y dejarte hervir sin palabras
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| Me prometiste que si nos vamos de este lugar
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| Liberamos como uno
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| ¡Pero dijiste las palabras de un cobarde!
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| ¡Mierda! |
| ¡¿Qué has hecho?!
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| Ahora oleré su tierra quemada
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| Hasta que retire mi propio cuerpo desgastado...
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| O finalmente me ahogaré con el aire mefítico de esta ciudad...
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| Nunca jamás…
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| Esta melancolía pasará…
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| Pongo un pie en nuestra ciudad y me siento tan relegado
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| Los días que vivimos aquí cuando éramos niños
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| No pareces demasiado ido
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| Mientras nos escondíamos juntos en estos campos
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| Y salta al centeno... |