| Tú y yo hemos cenado en buenos restaurantes,
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| tú y yo hemos bailado en la luz de una farola,
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| tú y yo volábamos en un Ford Fiesta amarillo,
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| tú y yo hemos cantado en la orilla del fuego,
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| tú y yo hemos buscado cosas similares,
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| tú y yo hemos tenido la cabeza llena de gorriones,
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| tú y yo arriba de la noria,
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| tú y yo y nuestra historia,
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| pero tú y yo no nos hemos bañado nunca en el mar, en el mar, en el mar.
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| Plantamos las toallas, invito a un helado,
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| jugamos con alegría, sorteamos paseantes.
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| En el horizonte se divisan las velas
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| de unos niños que hacen optimista en la cala de al lado.
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| Duermo un rato, a la que sopla el mar,
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| así estirada se te ve espectacular
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| larga y blanquita en la arena leyendo
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| intrigas vaticanas de final inesperado.
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| Se abusiva tanto calor.
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| Te incorporas y te pones bien el bañador,
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| con el pie calculas cómo está el agua
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| y todo está listo para que entremos en el mar.
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| Así pues si un día vienes y pasas por aquí,
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| y sí a pesar del trabajo encontramos una mañana,
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| no me perdonaría nunca, no podría asumir,
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| no cogerte con la moto y que no hagamos camino,
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| muy lejos de aquí, al otro lado del mundo,
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| hay un chiringuito con cuatro pinos en el fondo,
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| tú y yo sentados en la barra de un bar,
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| suena buena música y estamos frente al mar. |