| Calle, nobles consejeros, guárdate la razón que le quede
|
| Y con un paso vivo y decidido, se va donde sea que le esperen
|
| Baje las baldas, ajuste ventanas y corre cortinas
|
| Ponga a los niños en la cama; |
| si duermen, mira cómo respiran
|
| Porque si es bueno o es malo, no importa mucho ahora mismo
|
| Que parece tan claro que nos equivocamos como que lo vayamos a hacer
|
| ¡Qué parece tan claro que nos equivocamos como que lo vamos a hacer!
|
| Desea, amables pretendientes, hasta otros brazos que le valoren
|
| Y por el camino, no pregunte, deje que nuestro amor se funda
|
| Guardaremos como un tesoro sus barrigas, las caricias
|
| Y lo juramos, por un momento, pensábamos que podíamos
|
| Pero si llama alguien, no conteste, que el cielo ya está bastante lleno de valientes
|
| ¡Y parece tan claro que nos equivocamos como que lo vamos a hacer!
|
| ¡Y parece tan claro que nos equivocamos como que lo vamos a hacer!
|
| (Él: Olga, te he traído una rosa
|
| Olga: Yo, a ti, unas margaritas
|
| Él: Escucha, estaba pensando, esta vez es la buena, ¿no?
|
| Olga: Va, calla y dame la mano)
|
| Guárdate fuerzas, buena gente, quizás nos veremos otro día
|
| Sabemos que quería hacer más, pero, qué haremos, así es la vida:
|
| Te equivocas de uniforme y disparas a quien más quieres;
|
| Te equivocas de remedio y va y se infecta la herida
|
| Y algún rato, ¿qué se piensa?, también nos gusta estar contentos
|
| Pero parece tan claro que nos equivocamos como que lo vayamos a hacer
|
| ¡Pero parece tan claro que nos equivocamos como que lo vamos a hacer!
|
| ¡¡Virgen Santa del Roser, queremos el justo para vivir bien!
|
| Pero parece tan claro que nos equivocamos como que lo vayamos a hacer
|
| ¡Parece tan claro que nos equivocamos como que lo vamos a hacer! |