| Cuando dejo de sorprenderme
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| Cuando el rojo se desvanece en mi corazón
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| Su última y tonta pregunta.
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| Media pausa no solicitada
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| sabré la respuesta a todo
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| Mal con un pequeño sentido
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| Solo lloraré a veces
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| Lágrimas de una canción tierna y tonta
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| Para olvidar todo en un momento
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| Cuando dejo de sorprenderme
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| Será después de mí, será después de mí.
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| Será después de mí, será después de mí.
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| Será después de mí, después de mí
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| Cuando dejo de sorprenderme
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| Perderé el canto de los arroyos subterráneos
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| Los sin nombre morirán en mí
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| Que mis ojos como rosas de llamas
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| Los días correrán al mismo ritmo
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| Anestesiado, sensato, patético
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| Sólo una vida de terrible belleza
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| Una tímida primavera me pasará
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| Ella estará demasiado lejos de mí.
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| Cuando dejo de sorprenderme
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| Será después de mí, será después de mí.
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| Será después de mí, será después de mí.
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| Será después de mí, después de mí
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| Cuando dejo de sorprenderme
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| Será cada vez más fácil sin él.
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| La felicidad y los dolores irrisorios se callarán
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| Porque nunca volveré a preguntar: ¿por qué?
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| La paz dichosa igualará los latidos de mi corazón
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| Cuando aprendo la vida de memoria
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| La tierna y dolorosa belleza de la primavera
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| romperé con la poesía prestada
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| Y nada en mi, en mi
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| Nada a mi alrededor, a mi alrededor
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| Cuando dejo de sorprenderme
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| Será después de mí, será después de mí.
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| Será después de mí, será después de mí.
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| Será después de mí, después de mí |