| Hace tantos años, pensé que eras el único...
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| quién sabe cuando la gente cambia, se entrega a la extrañeza,
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| a la deriva sobre sus vidas, englobados por el pasado?
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| ¿Quién sabe cuál se convierte en el último adiós?
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| No intentes decirme que nada muere.
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| No intentes decirme que nada ha cambiado,
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| no intentes decirme que no hay nada nuevo,
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| demasiados de mis ayeres te pertenecen.
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| Guardé mi corazón roto, te saqué de mi mente,
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| Me levanté de mis rodillas, recogí todos mis pedazos,
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| pero verte de nuevo me estremece el alma.
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| Justo cuando creo que finalmente te he superado,
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| no vengas a demostrarme que eso no es cierto.
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| Cuéntame sobre eso, háblame.
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| Lo escucho venir, lo siento venir,
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| la forma en que quieres que sea esta cosa.
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| Solo estás comerciando con nuestros recuerdos
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| no vayas y digas que todavía me amas.
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| Estás comerciando con mis recuerdos,
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| estás negociando con un pasado optimista;
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| sabes que estoy perdido en mares tormentosos...
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| pero sigo de pie ante el mástil,
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| bajo las estrellas y a vela
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| hacia horizontes de verdad…
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| Detrás de la danza de los siete velos todavía te veo...
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| Cuéntamelo, haz lo que quieras;
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| Lo veo venir, lo escucho venir,
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| Sé lo que estás a punto de decir.
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| Has tenido demasiados de mis ayeres,
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| y no quiero volver a caer.
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| No intentes decirme que nada ha cambiado,
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| no intentes decirme que no hay nada nuevo,
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| demasiados de mis ayeres se pierden en ti. |