| Aquí hay silencio y silencio.
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| Ahora que el suelo es de color blanco
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| De la vieja y segura iglesia
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| La canción suena hasta aquí
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| me he parado en la carretera
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| Para descansar un rato
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| Y fue atrapado en esa frontera
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| que une la noche y el día
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| Y un resplandor de las velas
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| Detrás del marco arqueado de la ventana.
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| han unido las almas
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| Que está con nosotros aquí en el tiempo
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| Y conozco a los que nos han dejado
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| haber entendido que somos
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| como llamas que revolotean
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| Mientras estemos aquí
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| Y allí entre estrellas centelleantes
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| Que se desvanece uno por uno
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| La vida se acerca mucho
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| Como un atisbo de la verdad
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| Somos prisioneros del tiempo
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| Como una huella de una mano
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| En una ventana helada y vieja
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| Quien ha recibido la gracia de los estragos del tiempo
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| Un segundo soy eterno
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| Y luego no sé nada más
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| Solo uno, que vivo tan lleno como cualquiera
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| Estoy aquí y en medio de un camino congelado
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| ¿Hay calor de todos modos?
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| Aunque la nieve empieza a caer
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| Y el cielo se vuelve gris
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| Aquí en silencio y silencio
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| Ahora que el himno se ha desvanecido
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| Pero llevo las viejas palabras
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| En mi corazón como antes
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| Y canto para el cielo
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| Tal vez alguien más está escuchando
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| Hosanna en altura
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| Y luego empiezo a caminar
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| Y voy a los otros
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| Quiero sentir la paz de la Navidad
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| Quiero pensar que nació
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| Y está con nosotros aquí en el tiempo
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| Es Navidad y hay un bebé en mí
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| quien quiere creer que paso
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| Y eso enciende una vela
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| Todos los domingos de Adviento |