| En la hora de las brujas
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| Viene un jinete de negro, frío de principio a fin
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| Esclaviza por el deseo
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| Al igual que una droga, te está consumiendo lentamente
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| No puedes amar como solías antes
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| Y ya no puedes encontrar confianza en nada más
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| Esos labios pálidos, el beso empapado de bourbon
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| Ella es la guarida de tus pecados, la raja de una muñeca
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| «Fui forjada por el fuego, una hija de las tierras del cañón»
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| «Engendro de mentirosos del infierno, criado por los muertos en la arena del desierto abrasada por el sol»
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| Preste atención al asesino de corazones
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| Enfréntate al ángel de negro donde comienza el desierto
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| Escucha su melodía voraz
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| Una llamada a la naturaleza a la luz blanca de la luna
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| Engendrado de la oscuridad
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| Bajo cielos rojos como la sangre debajo de estrellas fugaces
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| caer de rodillas
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| Entrega tu alma a la reina del desierto carmesí
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| El tiempo se detiene, gira al revés
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| Pasaron mil años, ¿no te has enterado?
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| Cuando una luna roja se eleva sobre terrenos áridos
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| El chacal de lomo negro aúlla; |
| llamándola por su nombre
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| «Porque yo soy el siniestro salvador, comandante en su reino de Lucifer»
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| «El nuevo creador del mundo: aquí para ver, la sangre caerá como lluvia»
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| Preste atención al asesino de corazones
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| Enfréntate al ángel de negro donde comienza el desierto
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| Escucha su melodía voraz
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| Una llamada a la naturaleza a la luz blanca de la luna
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| Engendrado de la oscuridad
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| Bajo cielos rojos como la sangre debajo de estrellas fugaces
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| Caer de rodillas
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| Entrega tu alma a la reina del desierto carmesí
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| En la oscuridad de la noche
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| Bajo cielos rojos como la sangre
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| Caer de rodillas
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| Ante la reina carmesí del desierto
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| Preste atención al asesino de corazones |