| Noche. |
| Viernes sabado. |
| Los chicos salieron por la puerta trasera,
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| Nos subimos a un auto negro, pisamos fuerte a cien metros cuadrados del lugar.
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| El camino está mojado pero no es largo.
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| En esta ciudad, los caminos son cortos. |
| Derribar puertas.
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| Linternas jodidas, el patio está oscuro
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| Entre las copas de los álamos hay una luna oscura, una para el microdistrito.
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| Miro la ciudad de espaldas bajo el tóner, con coñac,
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| Mi compañero está tranquilo como un elefante.
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| Entre palabras, un motor entró lentamente en el patio,
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| Los faros golpearon las ventanas, la música retumbó
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| Detenerse. |
| Allí mismo, un hombre con un abrigo sin paraguas,
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| En tal lluvia, me volví detrás de la casa. |
| Pensé: "¿Quién es él?"
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| Toda la gente normal está en casa con este clima,
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| Y él está allí, caminando solo.
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| ¿Tal vez eres tú? |
| No reconocí por la oscuridad,
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| Desde atrás y todavía inundado el cristal.
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| Congelado en el interior. |
| ¿Quién es él, el hombre del abrigo?
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| Me volví detrás de la casa. |
| ¿Por qué no bajo un paraguas?
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| ¿Qué estaba haciendo entonces a la vuelta de esa esquina mientras tanto?
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| ¿Se desvaneció una sombra entre las paredes en la oscuridad, o lo pareció?
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| Nada se reflejaba en el arroyo marrón.
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| La hierba presionaba contra el suelo, la luna tocaba los techos.
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| Cuando lo vi, mi corazón se hundió,
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| Se apretó el botón de grabar, dio una pena.
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| Y abrí el paraguas, puse el celular en mi bolsillo,
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| El cielo llora a gritos, la ciudad se inunda, se ahoga.
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| Lo adelanté de un paso, vi un perfil triste,
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| La cara no acumula arrugas, simplemente no le importa.
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| Preguntó qué le pasó. |
| Ni siquiera me respondió.
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| Sonrió y escupió en la dirección donde soplaba un fuerte viento.
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| El centro meteorológico es impotente aquí, no se dio cuenta de la lluvia,
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| Lo que desdibuja el lugar donde juegan los niños.
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| ¿Tal vez solo estaba delirando y confundiendo el tiempo?
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| ¿Quizás a su encendedor le faltaba pedernal?
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| Los antiguos nos enseñan a aprovechar bien el momento,
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| Apretó su amuleto y siguió moviéndose.
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| En la calle por la mañana como un balde, él
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| Con paso tranquilo, como si nada hubiera pasado.
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| Y mientras el aguacero azota la zona,
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| Y te escondes del trueno bajo las sábanas,
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| Da vueltas alrededor de la manzana con cansancio.
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| Dijeron en la radio - la lluvia llena los sótanos,
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| El viento aúlla, un árbol ha caído sobre los cables.
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| Miro por la ventana como una gran nube
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| Pensativo. |
| Lo recuerdo miles de veces.
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| Las gotas están tocando el capó, el sábado por la noche
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| Está lloviendo por la borda, el aeropuerto no funciona.
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| Fútbol por deporte, no conduzcas por la ciudad con mal tiempo
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| Los días se prolongan durante un año, camina.
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| Palabras por notas - aquí está, mi libertad,
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| El mismo pastel, más o menos del año.
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| No tengo ganas de explicarles nada a los idiotas.
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| Nosotros y a que de tal vuelta
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| Nadie es inmune a los asuntos, ni siquiera el presidente.
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| Solo bajé el vidrio y saqué la palma de mi mano por la ventana.
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| En un momento, la manga se inundó con agua fría.
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| ¿Quién es él? |
| El hombre no es viejo, no es joven
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| Ni gordo ni flaco, nadie para nosotros, nada fuera de lo común.
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| Sin exhibiciones visibles, hay cientos de ellas,
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| Se levantó el cuello de su abrigo. |
| Disuelto en el callejón. |