| Está tranquilo en la oficina de Gagarin,
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| Silencio, silencio, el reloj no corre.
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| En algún lugar ese torbellino de fuego estalló
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| Y cerró la estrella azul.
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| Solo los turistas pasan en silencio
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| Sólo la luna sonará detrás de la cortina,
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| Y flota en un aterrizaje ingrávido
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| Silencio interminable.
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| Pero Gagarin no conoció la paz,
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| Vivía en el rugido de poderosos cohetes
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| Tanto las victorias como las amargas desgracias
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| Se encontró con un volante en la mano.
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| Y todos los que rompieron con el silencio,
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| que iba por el camino estrellado,
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| Los condujo detrás de su popa,
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| Aunque pequeño, pero un rompehielos.
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| Estoy inclinado sobre el borde de la mesa,
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| Como si mirara a un abismo sin borde.
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| sonrío y me pregunto
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| Y no me avergüenzo de las lágrimas que brotan.
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| Los retratos miran en silencio desde la pared,
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| El globo lunar está congelado sobre la mesa,
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| Y las catedrales se yerguen como cohetes,
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| En la antigua tierra de Smolensk.
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| De nuevo tira de los prados húmedos,
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| La ciudad estrella se hunde en la niebla.
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| Ya ves, Yuri Gagarin,
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| Qué dulce es para mí estar en silencio.
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| Porque el amanecer está rugiendo
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| Despertar en himnos de campo...
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| Sin embargo, ¿vas a decir esto?
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| A una persona del planeta Tierra. |