| No me importa la tiranía
|
| y el reino de los rufianes,
|
| mientras nos dejen con vida,
|
| mientras el amor no sea demasiado tarde...
|
| En tus brazos, tu dulce amiga,
|
| de nuestros cuerpos, las guarderías,
|
| mató a mi cucaracha.
|
| El abejorro de la desesperación
|
| ha amasado toda mi vida,
|
| el zumbido de la desesperación
|
| las angustias más negras.
|
| no me importa tu sarcasmo
|
| y tus burlones jadeos,
|
| el uniforme de capa caída,
|
| mientras el amor no sea demasiado tarde...
|
| En tus brazos, tu dulce amiga
|
| Tengo un gusto por la vida otra vez
|
| bendiciendo las posibilidades
|
| quien nos hizo nacer juntos
|
| y no con un siglo de diferencia
|
| que nos hizo nacer juntos,
|
| ni demasiado pronto ni demasiado tarde.
|
| no me importan las mentiras
|
| que bordamos nuestras cunas
|
| y la guadaña, el gusano que roe,
|
| de la muerte, oropel...
|
| En tus brazos, mi querido amigo,
|
| haremos que la vida dure
|
| y nuestra risa y nuestras lágrimas!
|
| La felicidad como la tristeza
|
| hace llorar a los amantes,
|
| la felicidad como tristeza,
|
| pero es mejor llorar juntos.
|
| no me importa cuanto tiempo pase
|
| y no va a ninguna parte,
|
| el dulce presente nos abraza,
|
| mientras el amor no sea demasiado tarde...
|
| ¿Sabes, mi querido amigo,
|
| que un día la vida se disuelve
|
| ¿Cómo desaparecen las nieblas?
|
| Mejor desvanecerse juntos,
|
| sin un segundo de diferencia,
|
| Mejor desvanecerse juntos,
|
| ni demasiado pronto ni demasiado tarde. |