| Cuantos caminos polvorientos, cuantos mares azules
|
| Tuve que verlo una vez.
|
| Pero entre los abedules blancos y en el círculo de los álamos,
|
| Confieso que la vida es más fácil para mí.
|
| donde han pasado mis años dorados,
|
| mi madre me sigue esperando
|
| Y el barco flota en el lago.
|
| Coro:
|
| No llores, alma, no llores, alma, no,
|
| Y no me cantes más canciones tristes.
|
| A la música de la caída de la hoja de la noche
|
| Regresaré pronto a mi tierra natal.
|
| Cuantos dias agitados, cuantas noches largas
|
| tendré que irme a casa.
|
| Cuántos campos de ventisca y lluvias húmedas
|
| Delante de mí en el camino.
|
| Donde en la niebla azul, mi juventud se ha ido,
|
| Me están esperando en el patio de los álamos.
|
| Allí una vez florecieron las lilas al otro lado del río,
|
| Hay alguien más que me recuerda.
|
| Coro:
|
| No llores, alma, no llores, alma, no,
|
| Y no me cantes más canciones tristes.
|
| A la música de la caída de la hoja de la noche
|
| Regresaré pronto a mi tierra natal.
|
| Y cuando la puerta familiar cruje en silencio,
|
| No mires mis lágrimas.
|
| Demasiadas pérdidas, demasiadas pérdidas
|
| Dejado muy atrás.
|
| Y deja que la puesta de sol roja no perdone el fuego
|
| y las alturas celestiales se oscurecen,
|
| Volveré, pero por favor no me regañes.
|
| Por mi desafortunada vida.
|
| Coro:
|
| No llores, alma, no llores, alma, no,
|
| Y no me cantes más canciones tristes.
|
| A la música de la caída de la hoja de la noche
|
| Regresaré pronto a mi tierra natal. |