| Estamos enterrados debajo con montañas para escalar
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| Nos estamos ahogando con agua y vino
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| ¿Estabas viendo a los lobos, nuestro primer beso?
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| Limpia las lágrimas de tu cara, el sabor de tus labios
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| Nos sentaremos en comunión, con las manos en el regazo
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| Escribiendo oraciones para un Dios que nunca orará de vuelta
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| No duraremos para siempre, haga lo mejor con su tiempo
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| Somos los últimos de nuestros padres, los primeros de nuestra especie
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| Para que nadie me crea, no fue tan fácil decir
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| Le ofrecí el mundo a una niña desconsolada
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| y ella me dejo y me lo robó
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| Esto puede sonar despiadado, tan honesto e inútil
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| pero nadie cree lo que digo
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| Oh, seguiré a los pájaros,
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| porque siempre están ahí para perseguir
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| Me sentaré aquí recordando lo que me queda
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| Las cicatrices; |
| las palabras que escapan de mi pecho
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| Que los pájaros vuelen por el invierno al calor del sur
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| Moriré para el verano, moriré solo
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| En el más fresco de los aires, la más tranquila de las tormentas
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| Con las luces azules acercándose, me acostaré en tus brazos
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| Moriré como la religión, soy débil con mis hechos
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| Pero la gente esperará, oh, los pájaros volverán
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| Entonces, padre, créame, no fue tan fácil decir
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| Le ofrecí el mundo a una niña desconsolada
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| y ella me dejo y me lo robó
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| Esto puede sonar despiadado, tan honesto e inútil
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| pero nadie cree lo que digo
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| Oh, seguiré a los pájaros,
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| porque siempre están ahí para perseguir |