La iglesia torcida respira incienso,
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No hay cruz visible debajo de la camisa.
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Servicio funerario para el sirviente Nicolás
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Quedaba un versto hasta el cementerio.
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Se colocaron dos coronas en la tapa,
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Heces, crujiendo, aguantan el peso.
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El diácono compone tristemente una rima,
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Fuera de la ventana, un bosque raro está llorando.
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Coro:
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La vida y la muerte juegan al escondite, el camino de regreso siempre está cerrado.
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En silencio el azul llorará, el cielo perdonará a todos por todo.
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Las palabras caerán sobre el corazón, el sonido de la campana se ha apagado.
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Y el alma volará hacia algún lugar hacia la eternidad, volará, volará.
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Puedes escuchar el ruido y el golpe del martillo,
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Da un terrón de tierra al templo -
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Huelgas de memoria para hasta cuarenta,
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La voz baja es alta hoy.
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La grulla vuela una cuña en la distancia,
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En algún lugar, un pájaro carpintero toca suavemente -
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Pronto los camachuelos volarán hacia nosotros,
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La nieve en la tierra pecaminosa brillará.
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Coro:
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La vida y la muerte juegan al escondite, el camino de regreso siempre está cerrado.
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En silencio el azul llorará, el cielo perdonará a todos por todo.
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Las palabras caerán sobre el corazón, el sonido de la campana se ha apagado.
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Y el alma volará hacia algún lugar hacia la eternidad, volará, volará.
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Encontrémonos de nuevo en un año.
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El pájaro carpintero volverá a volar al cementerio.
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Nos noqueará a los cuarenta y cinco,
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Calcula, riendo, en pleno crecimiento.
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La iglesia torcida respira incienso,
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No hay cruz visible debajo de la camisa.
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Servicio funerario para el sirviente Nicolás
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Quedaba un versto hasta el cementerio. |