| Y la nieve cayó blanca en el bosque de invierno
|
| donde acechaba el zorro
|
| por el silencio en el desierto azul.
|
| Aquí te demoraste junto al fuego de la choza
|
| y soñé con una primavera
|
| y escribi tu cancion y la mantuviste en la guardia de milan.
|
| Ahora está burbujeando en la primavera
|
| tus rápidos en millas de bosque!
|
| ¡Ahora zumba con abejas tu prado de verano!
|
| Siento rastros de pasos duros
|
| que los violinistas cansados tomaron
|
| y la sangre de las rosas
|
| en el tono de la cuerda del dolor.
|
| El viento todavía canta lejos,
|
| cuando el otoño se tiñe de rojo,
|
| tu canto sobre las condiciones de vida,
|
| de lucha por el hogar y el pan.
|
| Ahora está burbujeando en la primavera
|
| tus rápidos en millas de bosque!
|
| Ahora está lleno de abejas.
|
| tu prado de verano!
|
| Siento rastros de pasos duros
|
| que los violinistas cansados tomaron
|
| y la sangre de las rosas
|
| en el tono de la cuerda del dolor.
|
| Caminante, violinista,
|
| tu rey disfrazado de mendigo,
|
| te quemaste en la noche llena de frio y hielo.
|
| El fuego que lo quemó sigue ardiendo,
|
| tu cuento de hadas y tu poema
|
| sobre el sol eterno y el paraíso de verano.
|
| Ahora está burbujeando en la primavera
|
| tus rápidos en millas de bosque!
|
| ¡Ahora zumba con abejas tu prado de verano!
|
| Siento rastros de pasos duros
|
| que los violinistas cansados tomaron
|
| y la sangre de las rosas
|
| en el tono de la cuerda del dolor.
|
| El viento todavía canta lejos,
|
| cuando el otoño se tiñe de rojo,
|
| tu canto sobre las condiciones de vida,
|
| de lucha por el hogar y el pan.
|
| Ahora está burbujeando en la primavera
|
| tus rápidos en millas de bosque!
|
| Ahora está lleno de abejas.
|
| tu prado de verano!
|
| Siento rastros de pasos duros
|
| que los violinistas cansados tomaron
|
| y la sangre de las rosas
|
| en el tono de la cuerda del dolor.
|
| La nieve caía blanca en los bosques de invierno
|
| donde los zorros hacían guardia,
|
| en silencio en la herida de los leñadores
|
| En paciente vigilia también te paraste,
|
| como carbón carbonizado lentamente,
|
| componiendo versos mientras las brasas se convertían en cenizas.
|
| Fuertes ondas del lecho del río.
|
| El bosque se extiende a lo ancho.
|
| Las abejas ocupadas están zumbando ahora que es primavera.
|
| Siento el sonido de pisadas pesadas
|
| como los violinistas cansados caminan,
|
| y las rosas sangran a tono con las cuerdas del dolor.
|
| Los vientos salvajes cantan sus tonos sombríos
|
| cuando el otoño se vuelve rojo.
|
| El canto de la tribulación,
|
| la lucha por el pan de cada día.
|
| Fuertes ondas del lecho del río.
|
| El bosque se extiende ancho,
|
| Las abejas ocupadas están zumbando ahora que es primavera.
|
| Siento el sonido de pisadas pesadas
|
| como los violinistas cansados caminan,
|
| y las rosas sangran a tono con las cuerdas del dolor.
|
| Un vagabundo, un juglar,
|
| un rey, aunque vestido con harapos.
|
| Un quemador de carbón, en medio de la nieve y el hielo.
|
| La llama que encendiste aún esparce tu calor
|
| en cuentos y en versos
|
| en la luz del sol en un paraíso de verano.
|
| Fuertes ondas del lecho del río.
|
| El bosque se extiende a lo ancho.
|
| Las abejas ocupadas están zumbando ahora que es primavera.
|
| Siento el sonido de pisadas pesadas
|
| como los violinistas cansados caminan,
|
| y las rosas sangran a tono con las cuerdas del dolor.
|
| Los vientos salvajes cantan sus tonos sombríos
|
| cuando el otoño se vuelve rojo.
|
| El canto de la tribulación,
|
| la lucha por el pan de cada día.
|
| Fuertes ondas del lecho del río.
|
| El bosque se extiende ancho,
|
| Las abejas ocupadas están zumbando ahora que es primavera.
|
| Siento el sonido de pisadas pesadas
|
| como los violinistas cansados caminan,
|
| y las rosas sangran a tono con las cuerdas del dolor. |