| Acostado en mi cama, estaba leyendo francés
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| Con la luz demasiado brillante para mis sentidos
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| Desde este escondite la vida era demasiado
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| Era ruidoso y áspero en los bordes.
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| Así que miré hacia la pared cuando un anciano llamó
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| De los sueños que moriría allí
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| Pero una vista invisible, estabas moviendo hilos
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| Tuviste una idea diferente
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| Yo era como un niño, estaba mintiendo fuerte
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| Y mi padre me levantó allí
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| Me llevó a un lugar donde revisaron mi cuerpo
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| Mi alma flotaba en el aire
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| Me aferré a la cama y me aferré al pasado
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| Me aferré a la bienvenida oscuridad
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| Pero al final de la noche hay una luz verde verde
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| La tranquilidad antes de la locura
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| Había una niña que cantaba como el repique de una campana
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| Y extendió su brazo, me tocó cuando estaba en el infierno
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| Cuando estaba en el infierno
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| Alguien cantó una canción y yo canté
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| Porque sabía las palabras de mi infancia
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| La ambición del intelecto se cayó
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| Y me encerraron por mi bien
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| Pero no me importó, porque el silencio era amable
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| Me habló en susurros
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| Se oía el sonido del viento y el frío frío del amanecer
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| Y el tranquilo zumbido de los negocios
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| Déjame colgar un rato en esta sala de espera
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| No necesito ir No necesito saber lo que estás haciendo
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| Sepa lo que está haciendo
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| Acostado a mi lado estabas medio despierto
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| Y tu cara estaba cansada y arrugada
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| Si tuviera una cámara, te fotografiaría ahora
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| Porque hay belleza en cada tropiezo
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| Estamos fuera de la práctica, estamos fuera de la vista
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| Al borde del imperio de nadie
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| Y si vivimos de libros y vivimos de esperanza
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| ¿Eso nos convierte en objetivos para los disparos?
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| Ahora te miro, eres madre de dos
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| Eres una revolución silenciosa
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| Marchando con la multitud, cantando sucio y fuerte
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| Por la emancipación del pueblo
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| ¿Lo hice bien, allané el camino?
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| ¿Fui fuerte cuando tú querías?
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| Estaba atado al yugo con un tipo decente
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| Quien fue severo pero nunca desalentador
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| Y me dijo que empujara y me hizo sentir bien
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| Me dijo que dejara esa visión del infierno a los moribundos.
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| Oh a los moribundos |