| olvidé hasta mi nombre | 
| Mientras raspo con mis frágiles dedos | 
| A las profundidades de la arcilla | 
| Para encontrar el oro de Salomón | 
| Somos miles en la mina | 
| Temblando de esta fiebre del oro | 
| Cavaremos hasta que muramos | 
| Por este color asesino | 
| El sol está en el fondo del agujero. | 
| Que rezuma agua y alimañas | 
| Somos miles en la mina | 
| Aferrándome a este loco sueño... | 
| El silencio de las selvas | 
| Cubrió los cuerpos | 
| indios masacrados | 
| En las fronteras colombianas | 
| Cuando el curare se cierne | 
| Y escupir la FM | 
| Cuando pasan los bárbaros | 
| Sobre los cuerpos de los indios | 
| Conoces el olor de la sangre | 
| Y el oro es lo mismo | 
| Pero la virgen amazona | 
| nunca dio | 
| Solo unos pocos caballeros | 
| Quien no pidió nada | 
| nada preguntó | 
| Sangra el barro, sube la escalera | 
| Ojos arrancados, de vuelta en sangre | 
| Cuando las sonrisas no tienen más dientes | 
| Y la mano se pega a la pala | 
| Y si te da escorbuto | 
| En lo profundo de las selvas de Para | 
| En el borde de Serra Pelada | 
| No habrás alcanzado tu objetivo. | 
| no habrás soportado el peso | 
| De todos los quilates de oro en bruto | 
| años, horas, minutos | 
| En lo profundo de Serra Pelada… | 
| El silencio de las selvas | 
| Cubrió los cuerpos | 
| indios masacrados | 
| En las fronteras colombianas | 
| Cuando el curare se cierne | 
| Y escupir la FM | 
| Cuando pasan los bárbaros | 
| Sobre los cuerpos de los indios | 
| Conoces el olor de la sangre | 
| Y el oro es lo mismo | 
| Pero la virgen amazona | 
| nunca dio | 
| Solo unos pocos caballeros | 
| Quien no pidió nada | 
| algunos se perdieron | 
| En el fondo de las lagunas | 
| Los otros se han convertido | 
| Caballeros de la fortuna | 
| o desgracia |