| Ha llegado la hora de los resfriados y los abrigos
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| Estamos tranquilos en el viaje
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| Todos estamos esperando llegar a casa
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| Falta otra semana, mi mayor miedo
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| Necesito el olor del verano
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| Necesito sus ruidos en mis oídos
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| Si las miradas realmente pudieran matar
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| Entonces mi profesión sería mirar fijamente
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| Sepa que hacemos esto porque nos importa
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| No por la emoción
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| Cobro revertido de llamadas a domicilio
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| Diles que me doy cuenta
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| Que todo el que vive algún día morirá
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| y morir solo
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| Y no te dejaremos entrar
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| Aunque estamos abajo y fuera
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| No no te dejaremos entrar
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| Tu ganas, tu ganas, tu ganas
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| Escribí más postales que anzuelos
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| Leo más mapas que libros
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| Siente como cada oportunidad de irte
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| Es otra oportunidad que debería haber tomado
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| Cada minuto es una milla
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| Nunca me había sentido tan vacío
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| Soy una vieja iglesia abandonada con bancos rotos
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| y pasillos vacios
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| Mis secretos por un dólar
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| Mírame mientras me abro de par en par
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| En este escenario
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| Sí, me pagan para derramar mis tripas
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| No veré mi casa hasta la primavera
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| Oh, mataría por el Atlántico
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| Pero me pagan para hacer que las chicas entren en pánico
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| mientras yo canto
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| Y no te dejaremos entrar
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| Aunque estamos abajo y fuera
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| No no te dejaremos entrar
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| Y no te dejaremos entrar
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| No queremos lo que no es nuestro
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| No te dejaremos entrar
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| Tu ganas, tu ganas, tu ganas
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| Y la costa está tranquila
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| Mientras estamos perdiendo el control en silencio
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| Y estamos en silencio pero seguros
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| Inventamos la cura
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| Eso borrará mis recuerdos de ella.
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| «El arpón está cargado. |
| La jaula se baja
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| El agua es roja.»
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| como tu, como tu
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| Y no te dejaremos entrar
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| Aunque estamos abajo y fuera
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| No no te dejaremos entrar
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| Y no te dejaremos entrar
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| No queremos lo que no es nuestro
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| No te dejaremos entrar
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| Tú ganas, tú ganas, tú ganas... |