| Mira este lío, pensó que estaba engañando a Dios
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| Ella se va en el otoño, su rostro como un perro golpeado
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| Ahora se ha convertido en todo lo que odias.
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| Él está justo a tiempo para ser demasiado tarde
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| Sus amigos son como copos de nieve, sus mentiras son confesiones
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| He aquí el anciano y sus posesiones arruinadas
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| No puede tocar la guitarra, pero se esfuerza mucho.
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| Bolígrafos de habitaciones de hotel, viejas tarjetas de biblioteca
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| Fotos y otras cosas, sangre en sus botas
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| Sol en sus ojos, un ancla en lugar de raíces
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| Relojes en cada pared, peces en el océano
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| Soledad, fe, sospecha, conmoción.
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| El agujero en su estómago sabe a palabras.
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| Sueña e imagina su rostro como el de ella.
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| Sabe que no puede vivir sin sus mayores miedos.
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| Y nada es más hermoso que las lágrimas de una mujer
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| Cajas de cartón llenas de arrepentimientos
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| Él alimenta su remordimiento como alimentas a tus mascotas.
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| Voces en su cabeza que decían vivir un día
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| Pero la mirada en sus ojos lo convierte en un delatador muerto
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| La rama que él rompe, la línea que él dibuja
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| Se enamoró de la fealdad que nadie vio
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| Tan cerca como llegó, tan lejos como se paró
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| Él la amaba con su boca tan fuerte como podía
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| La mayoría de las personas cambian cuando entran por la puerta.
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| Caminan a casa del trabajo y recuerdan la guerra.
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| Está cavando una zanja, pasó el día apilando
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| Suciedad hasta que dolió y se fue sonriendo
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| Solo y con el corazón roto, tal como a él le gusta.
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| Solo la soledad lo conoce por completo
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| Y nada parece funcionar, mal en todas partes
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| Él la mira cepillarse el pelo largo y pesado. |