| Que buscan las chicas de la noche, maquillajes y toilettes que hinchan
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| piso
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| A medida que el hielo entra en el agua dentro del vaso y se derrite con el calor del
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| pero no
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| Y buscan con los ojos para ver un rostro o una sombra en la oscuridad
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| O encontrar a alguien que repita las frases habituales de esa humanidad...
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| Pero quiénes esperan a las chicas de la noche en esos bares empapados de espíritus y alientos
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| De hombres ruidosos que arrastran fajos de dinero quizás mal ganado
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| Los ves colgados adorando y antinaturales a esos califas a los que no les daría ni uno
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| lira;
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| Quién sabe si sueñan con vidas más normales mientras la noche da la vuelta...
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| Y empiezan a cantar un poco desafinados cuando alguien va a tocar un piano
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| Viejas canciones, historias desesperadas, los amores rimados de hace mucho tiempo
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| Y se identifican con esas palabras escritas para otros hace mucho tiempo
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| "Hermosa sin alma", "Cuando se pone el sol"
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| «Toca una armónica», «Ne me quitte pas», «Ne me quitte pas»...
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| Que les dicen las chicas de la noche a esos cantineros chulos y discretos
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| Prescriptores inclinados sobre el mostrador para confesar quién sabe qué secretos
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| Y luego miran a la luz una copa y bailan ágilmente mientras se sirven un licor;
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| Cuanto decir y cuanto beber mientras la noche muele las horas...
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| ay como amo a las chicas de la noche tan parecidas a mi, tan diferentes
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| Nosotros pasajeros de trenes paralelos, pequeños héroes de oportunidades perdidas
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| Aunque sé que no nos encontraremos, solo nos vemos pasar
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| Aunque se que nunca nos amaremos con el pesar de no poder amarnos...
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| Hasta que hasta el cristal ahumado empuja la luz y de repente entra
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| Y los autobuses hinchados de sueño hacia atrás pasan aburridos en la mañana empapada
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| Quioscos que exhiben periódicos llenos de hechos que ya sabemos
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| De campanas y croissants y los ruidos normales que tiene una ciudad por la mañana...
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| Pero a donde van las chicas de la noche que de madrugada huyen gracias a un taxi
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| Cansado de tanto, lleno de remordimientos por quizás haber dicho demasiados sí
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| Pero rápidamente lo ahuyentan y solo les entra un hilo de agotamiento ligero.
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| Quién los acompañará a lo largo del trabajo, que los llevará directamente a la noche ...
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| Pero quienes son las chicas de la noche... |