| Los japoneses rieron con semillas en mano
|
| Luego, con un ligero gesto, los arrojó al aire.
|
| El vuelo de las palomas que, deslizándose lentamente
|
| Con las plumas de vuelo abiertas al suelo se desplegó...
|
| La Piazza di San Marco se detuvo por un momento.
|
| Florencia, en primavera, casi desaparece
|
| Y te quedaste solo, allí, en la inquietante
|
| Primavera de veinte años que floreció en el alma...
|
| Y fuiste a esperarla con el corazón en la boca
|
| Y por dentro una antigua emoción te quemaba...
|
| Las niñas salieron de la escuela
|
| Llenando ese camino que se iluminó
|
| De voces, risas, gritos, juventud y llamadas
|
| Pero su voz clara llamó tu nombre
|
| Corrió a tu encuentro, te agarró las manos
|
| Se miraron en silencio y luego se abrazaron con fuerza...
|
| Y creíste que el amor sería eterno
|
| Esa flor nunca hubiera visto el invierno
|
| Ese día nunca cambiaría a la noche
|
| Para ti siempre, siempre sería primavera...
|
| ¿Dónde estás ahora, hijo de ese tiempo?
|
| ¿Con tus dieciséis y tu sonrisa?
|
| Quien sabe si sientes que piensa en ti este otoño
|
| ¿Qué ahora consume lentamente hasta el recuerdo de tu rostro?
|
| Pero los jóvenes se engañan a sí mismos haciéndose inmortales.
|
| Y que cada historia dure para la eternidad
|
| No saben cuantos hilos, texturas ocasionales
|
| Se tejen o desaparecen al azar...
|
| Una temporada muere, otra toma vuelo
|
| Sabes cuándo comienza, no si terminará y cuándo
|
| Pero la ilusión de un solo momento es hermosa
|
| Esa luz que te deslumbra, aunque se apague...
|
| Pero luego, para almorzar en un restaurante
|
| Mirando ansiosamente el tiempo que pasó
|
| Luego un cinemino, perdido en el tunel
|
| Por unos besos pero eso fue suficiente...
|
| Corre al tren para tu regreso
|
| El último beso a lo largo de la acera
|
| Tan rápido se fue volando ese día
|
| Poco tiempo para pasar juntos...
|
| Tal vez para devolver lo jurado
|
| Mientras ella estaba quieta, todavía llorando
|
| Palabras perdidas, se que no volviste
|
| De aquella mujer entonces amada tanto...
|
| Y todo es solo un episodio, un día
|
| Una puerta cerrada que no se abre
|
| Una partida que no tiene retorno
|
| Como el tiempo este otoño
|
| Que la niebla se derretirá...
|
| ... y me quedé solo, ahí, en la inquietante
|
| Atmósfera otoñal, que esta alma duele... |