| Fue entonces cuando la sombra vino y oscureció tu cara de porcelana.
|
| Los bailarines todavía temblaban y se balanceaban, pero no podía apartar la mirada.
|
| Estaban todos en los productos químicos, los cien autos en una colina helada
|
| Y estábamos parados debajo de ellos, sombríos, haciendo muecas en silencio.
|
| Y hablaste con esa voz que amo
|
| Y el amor despertó en mi sangre hirviendo
|
| Con esto disecciono antes
|
| El camino está iluminado y me voy a casa.
|
| No habrá hundimiento, ni nota de suicidio, ni pastillas ni ginebra.
|
| Vuelvo a oír tu voz, y me conmueve como el repique de una campana
|
| Resonado por todo, en todas partes
|
| Por cada fibra cargada en cada célula
|
| Aquí te digo que no eres el único
|
| No eres el único
|
| No, no eres el único
|
| No eres el único que siente estas cosas
|
| eres uno de nosotros
|
| Y ahí es cuando la sombra se levanta
|
| Y la cámara revela sus labios.
|
| Y toda la lava bajo tu piel
|
| Siempre tienes que recordarlo
|
| Y trata de no hablarlo
|
| Y decir todas esas cosas comunes
|
| No, solo deja que venga la lava.
|
| Y todo el amor que has estado aguantando
|
| Sí, ahí es cuando nos estamos levantando
|
| Siente el ascensor tirando de tus tripas
|
| Cada piso es como gotas de medicina
|
| El único miedo es el miedo a que se detenga
|
| Pero no lo hará porque
|
| No, no lo hará porque
|
| No, no, no lo hará porque
|
| No, nunca se detiene.
|
| No, nunca se detiene.
|
| No, no lo hará porque
|
| Porque está en tu sangre
|
| eres uno de nosotros
|
| Sí, ahí es cuando nos estamos levantando
|
| Fuera de las cenizas y vasos de plástico
|
| Una y otra vez sobre una alfombra sucia
|
| Mientras todos bailan con el amor de la jungla
|
| No me importa si viene una sombra y nos cubre como una pala de rocas
|
| la fiesta sigue
|
| escuché las campanas de la catedral |