| En la tarde de un día gris
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| Un día sombrío
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| Me desvié en el tenue silencio
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| De los árboles sagrados
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| Donde susurran los abetos
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| De los que han sido, los que se han ido
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| Donde la tierra sagrada aún se esconde
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| Todos los que una vez amamos
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| «Oh padre, escucha estas palabras
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| Tu hijo no está hecho para este mundo
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| Cobarde y preocupado
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| A esta vida vil me arrojaron
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| En el bosque los demonios suspiran
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| Juro que escuché a los demonios relinchar
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| A la orilla del mar espío
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| El espantoso vacío bajo las mareas"
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| Mal mezclado con esta vida
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| estos cuidados
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| Cada momento que estoy esperando
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| Para lo peor que viene en mi camino
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| Baya negra del vientre de mi madre
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| uno frágil
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| Tuve miedo de mi nacimiento
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| Desconcertado desde el principio
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| «Oh padre, escucha estas palabras
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| Tu hijo no está hecho para este mundo
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| Cobarde y preocupado
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| A esta vida vil me arrojaron
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| En el bosque los demonios suspiran
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| Juro que escuché a los demonios relinchar
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| A la orilla del mar espío
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| El espantoso vacío bajo las mareas"
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| Mejor sería quedarse en las sombras
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| En la espesura de los muertos, en las arboledas de la muerte
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| Aquí mentiría hasta el fin de los días
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| «Escúchame ahora, hijo mío desdichado
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| Advierte todos tus miedos
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| Aprovecha tus breves días
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| La vida puede ser sombría pero la muerte es más austera
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| Solo te sientas y esperas
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| Por ti mismo tendrás tiempo de arrepentirte»
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| «En estos humildes salones
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| Ninguna luna brillará, ningún sol brillará
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| En estas habitaciones estrechas
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| No se ven lágrimas, no se escuchan risas»
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| En el amanecer de un día tranquilo
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| Paseé por el bosque, volví al hogar
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| Y con una mente tranquila vagué
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| Las costas lúgubres, los bosques oscuros
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| Saludando todos los días que acontecen
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| Tomando la vida como viene |