| Ella se puso de rodillas y manos
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| Una oreja contra el suelo
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| Conteniendo la respiración para escuchar algo
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| Pero la tierra no hizo ni un sonido esta noche
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| Ecos de canciones aún acechan en lejanas costas extranjeras
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| Donde bailamos solo para complacer a los dioses que solo piden más
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| Y así continúa
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| Pero aún así nos entregamos a esto
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| No podemos pasarnos la vida esperando para vivir
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| En las noches frías
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| En una oración por el amanecer
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| Pero la luz del día
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| no es lo que ella quiere
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| El hormigón
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| Vuelve a llamar mi nombre
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| Estoy cayendo
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| A través de las grietas me deslizo
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| La postal dice ojalá estuvieras aquí
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| Pero preferiría estar allí
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| Aferrándose a las cosas simples antes de que desaparezcan
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| A eso me refería
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| Pero eso fue entonces, y esto es ahora
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| Te lo compensaré de alguna manera
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| En las noches frías
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| En una oración por el amanecer
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| la luz del dia
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| no es lo que ella quiere
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| El hormigón
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| Vuelve a llamar mi nombre
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| Estoy cayendo
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| A través de las grietas me deslizo
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| Un destino, una sonrisa que se desvanece
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| Otra estación, otra milla
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| Otro día pasado, juré que lo haré
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| Estar allí antes del amanecer
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| Así que estar allí, lo haré
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| Ella se puso de rodillas y manos
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| Una oreja contra el suelo
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| Conteniendo la respiración para escuchar algo
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| Nada en absoluto
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| La tierra susurró: «Niña, vuelvo a casa»
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| En las noches frías
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| En una oración por el amanecer
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| Pero la luz del día
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| no es lo que ella quiere
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| El hormigón
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| Vuelve a llamar mi nombre
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| Estoy cayendo
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| A través de las grietas me deslizo |