| Querido diario, esta noche será la última
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| Mis manos tienen comezón por las navajas de afeitar
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| Mi ángel, este cuchillo te tallará alas
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| Consumido por la enfermedad, me duele ver tu sangre
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| Se acerca la hora en que haré un nido dentro de ti
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| Rebanado abierto, arrojo mis deseos
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| Dulces entrañas se recogen en el azulejo
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| Y en mis sueños sostengo tu cabeza bajo las olas
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| Después de que hayas muerto, beso la nuca de tu cuello de porcelana
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| Entras en mí en el abrazo perpetuo de la muerte
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| La piel se tensa en medio de la lujuria
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| Y en mis sueños te corto la boca de oreja a oreja
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| Diseccionando tu cuerpo angelical en la quietud de tu cuarto
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| ¡Cuán espléndidamente grabo en tu tierno corazón
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| temblando entre las sábanas
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| Durante semanas te he observado, posado sobre tu forma durmiente
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| Mientras acaricio tu perfección
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| Mi ángel, te arrancaré las entrañas
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| Mi mente se inunda, la médula de tus huesos
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| No puedo calmarme hasta que haya amamantado cada centímetro de ti
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| Tus rasgos ahora vidriados en tu propia sangre
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| Mis dedos encuentran hogar entre tus entrañas
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| Y en mis sueños sostengo tu cabeza bajo las olas
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| Después de que hayas muerto, beso la nuca de tu cuello de porcelana
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| Entras en mí en el abrazo perpetuo de la muerte
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| La piel se tensa en medio de la lujuria
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| Y en mis sueños te corto la boca de oreja a oreja
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| Diseccionando tu cuerpo angelical en la quietud de tu cuarto
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| ¡Cuán espléndidamente grabo en tu tierno corazón
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| temblando entre las sábanas
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| Susurra tu nombre mientras despiertas, tu garganta jadea, tu piel retrocede
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| Estaremos entrelazados, enredados en nuestro amor
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| El asesinato hace señas cuando el tiempo se detiene con tu voz
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| «Te amaré por siempre» y por siempre será
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| Los cuchillos empiezan a cantar, están llorando por tu carne
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| El pináculo de la obsesión está arañando las fibras de mi mente
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| El estado de júbilo desenfrenado se ve acentuado por la palidez de tus gritos
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| Con promesa de absolución, mis pensamientos se enredan en mis creaciones
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| Con una promesa de placer sin igual, la razón se retuerce
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| Los cuchillos están cantando para este final perfecto
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| Durante semanas te he observado, posado sobre tu forma durmiente
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| Mientras acaricio tu perfección
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| Mi ángel, te arrancaré las entrañas
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| Mi mente se inunda, la médula de tus huesos
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| No puedo calmarme hasta que haya amamantado cada centímetro de ti
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| Siento que las fibras se estiran y se desgarran
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| Se alcanza el clímax desenfrenado
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| He esperado tanto por este momento
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| El acto eufórico del suicidio: ¡suicidio! |