| Ella se sienta en la mesa con un vestido hecho de papel.
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| Diplomas por toda la pared
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| Una universidad, una escuela de medicina
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| Ella está abrumada por todo
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| La enfermera es toda simpatía, voz de experiencia:
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| Echemos un vistazo a ese ojo
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| Va a verse mal por una semana, tal vez más
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| Vamos, cariño, está bien llorar
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| Como puedo dejarlo, ella esta llorando
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| ¿Qué podría hacer, adónde iría?
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| No lo dijo en serio, algún día cambiará
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| Oh, Dios, cómo solía amarme tanto
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| El doctor está ocupado, su manera profesional.
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| Ella encuentra que debe mirar al piso
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| Él mira su ojo, sus costillas y su brazo.
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| Y parece que hasta la última pulgada está adolorida
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| El doctor es guapo, huele a colonia
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| Y su figura es atléticamente delgada
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| Habla con desaprobación: ¿Qué hiciste?
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| ¿Para merecer tal paliza de él?
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| Como puedo dejarlo, ella esta llorando
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| ¿Qué podría hacer, adónde iría?
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| No lo dijo en serio, algún día cambiará
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| Oh, Dios, cómo solía amarme tanto
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| El policía está esperando afuera en el pasillo.
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| Él le habla como a un niño
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| Es amigo de su esposo, está enojado con ella.
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| Y él pregunta si habrá cargos presentados
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| Dice que no está segura, que necesita tiempo para recuperarse
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| Ella se siente golpeada en desgracia
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| El policía pregunta si ella no está secretamente contenta.
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| Para un hombre que la mantendrá en su lugar |