| Aquí está el estado de Richard Nixon
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| donde debajo de sus fronteras
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| El diablo no dibuja líneas
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| Si arrastras sus ríos fangosos
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| Cuerpos sin nombre que encontrarás
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| Y los árboles gordos del bosque
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| Han escondido mil crímenes
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| Y el calendario miente
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| Cuando lee la hora actual
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| Oh, aquí está la tierra a la que le has arrancado el corazón
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| Richard Nixon: búscate otro país del que formar parte
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| Y aquí están las escuelas de Richard Nixon
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| Donde están enseñando a todos los niños
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| Que no les tiene que importar
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| Todos los rudimentos del odio
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| Están presentes en todas partes
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| Y cada salón de clases
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| es una fábrica de desesperación
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| no hay nadie aprendiendo
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| Una palabra tan extranjera como «justa».
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| Y aquí están las leyes de Richard Nixon
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| Donde las guerras se pelean en secreto
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| Pearl Harbour todos los días
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| Castiga con el impuesto sobre la renta
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| Que no tiene que pagar
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| Y él está tocando a su propio hermano.
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| Sólo para escuchar lo que diría
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| Pero la corrupción puede ser un clásico
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| A la manera de Richard Nixon
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| Y aquí están las iglesias de Richard Nixon (y Billy Graham)
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| Donde la cruz una vez hecha de plata
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| Ahora está cubierto de óxido
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| Y los sermones del domingo por la mañana
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| complacer a su lujuria
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| Y el rostro caído de Jesús
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| Se está ahogando en el polvo
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| Y solo el cielo sabe
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| en el que Dios pueden confiar
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| Y aquí está el gobierno de Richard Nixon
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| En el pantano de su burocracia
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| Siempre están empantanados
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| Y los criminales están posando
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| Como asesores de la corona
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| Y esperan que nadie vea las vistas
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| Y nadie escucha los sonidos
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| Y los discursos del presidente
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| son los delirios de un payaso |