No pasará mucho tiempo, por un minuto o dos,
|
Sin darme cuenta derramaré veneno mágico en sus almas.
|
Y no solo por el deber, sino también por el contrato, por cierto,
|
Es necesario desperdiciar el alma no para todos en una fila.
|
Mosqueteros en drogadictos, drogadictos en cardenales,
|
Cardenales a diputados, diputados a diccionarios.
|
Los diccionarios se guardan en los bolsillos, los grilletes se entregan a los anales,
|
Mastique los mandatos parlamentarios, pero no hable en voz alta.
|
Y te dejo por el cine, aunque sea una ficción.
|
Aquí se pagará tu ternura, se acreditarán los vicios,
|
Y las notas y las líneas no se mantendrán aquí por el precio.
|
Darán dos centavos por la apariencia, y habiendo apenas logrado un proceso,
|
Estarás vestido como el profeta del diablo con cara de cerdo.
|
Y te dejo por el cine, aunque sea una ficción.
|
Oye, pero no estamos en el escenario y no vamos a cambiar nuestros nombres.
|
El mundo no nos apreciará, ya vienen otros tiempos.
|
Esta vez aprenderemos las notas, quién eres y dónde estás, mi luz,
|
No te quejes, pero no hay mejores.
|
¿Está tan enamorado de ese?
|
Yo, tú y él.
|
No actuamos según la esencia, no respondemos según el honor, no vivimos según la razón.
|
Nos encontramos no por alegría, sino por una caída accidental
|
Sin vergüenza ni duda, lo llamamos volar.
|
Oye, pero no estamos en el escenario y no vamos a cambiar nuestros nombres.
|
El mundo no nos apreciará, ya vienen otros tiempos.
|
Esta vez tenderemos las redes, quien eres y donde estas, responde!
|
No te quejes, pero hay que aguantar, una jaula o un látigo, da lo mismo.
|
¡Es una película después de todo! |