No retuerza con una palabra, siga recto, remiende las almas de los desafortunados con canciones,
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Aplasta el corazón como el amanecer de la luna, enséñame, Patria mía.
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No dejes caer la cruz, dóblate, pero sujétala, y si la dejas caer, sé capaz de recogerla,
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Sí, a apreciar el calor de tu fuego, enséñame, Patria mía.
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A través de las lluvias, a través del algodón de las nubes, tus rayos se derraman sobre la tierra,
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Así el silbato de las ciudades perdona el temblor de la vela.
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¡Así la vida rasga el asfalto, así resuena la Alianza a través de los siglos!
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Donde termina el mundo, comienza la Luz.
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Atesora la verdad, no te dejes llevar por la mentira, no juzgues lo lejano, ayuda a tu prójimo,
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Converge con el silencio al final del día, enséñame, Patria mía.
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A través de las lluvias, a través del algodón de las nubes, tus rayos se derraman sobre la tierra,
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Así el silbato de las ciudades perdona el temblor de la vela.
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¡Así la vida rasga el asfalto, así resuena la Alianza a través de los siglos!
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Donde termina el mundo, comienza la Luz.
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A través de las lluvias, a través del algodón de las nubes, tus rayos se derraman sobre la tierra,
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Así el silbato de las ciudades perdona el temblor de la vela.
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¡Así la vida rasga el asfalto, así resuena la Alianza a través de los siglos!
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Donde termina el mundo, comienza la Luz.
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A través de las lluvias, a través del algodón de las nubes, tus rayos se derraman sobre la tierra,
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Así el silbato de las ciudades perdona el temblor de la vela.
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¡Así la vida rasga el asfalto, así resuena la Alianza a través de los siglos!
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Donde termina el mundo, comienza la Luz.
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A través de las lluvias, a través del algodón de las nubes, tus rayos se derraman sobre la tierra,
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Así el silbato de las ciudades perdona el temblor de la vela.
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¡Así la vida rasga el asfalto, así resuena la Alianza a través de los siglos!
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Donde termina el mundo, comienza la Luz. |