Información de la canción En esta página puedes encontrar la letra de la canción La Ballade Des Pendus, artista - Bernard Lavilliers. canción del álbum Bernard Lavilliers Chante Les Poètes, en el genero Поп
Fecha de emisión: 31.12.2002
Etiqueta de registro: Barclay
Idioma de la canción: Francés
La Ballade Des Pendus(original) |
Frères humains, qui après nous vivez |
N’ayez les coeurs contre nous endurcis |
Car, si pitié pour nous pauvres avez |
Dieu en aura plus tôt de vous mercis |
Vous nous voyez ci accrochés, cinq, six: |
Quant à la chair, que trop avons nourrie |
Elle est piéça dévorée et pourrie |
Et nous, les os, devenons cendre et poudre |
De notre mal personne ne s’en rie; |
Mais priez Dieu que tous nous veuille absoudre ! |
Si frères vous clamons, point n’en devez |
Avoir dédain, quoique fûmes occis |
Par justice. |
Toutefois, vous savez |
Que tous hommes n’ont pas le sens rassis |
Excusez-nous, puisque sommes transis |
Envers le fils de la Vierge Marie |
Que sa grâce ne soit pour nous tarie |
Nous préservant de l’infernale foudre |
Nous sommes morts, âme ne nous harie |
Mais priez Dieu que tous nous veuille absoudre ! |
La pluie nous a débués et lavés |
Et le soleil desséchés et noircis |
Pies, corbeaux nous ont les yeux cavés |
Et arraché la barbe et les sourcils |
Jamais nul temps nous ne sommes assis |
Puis çà, puis là, comme le vent varie |
À son plaisir sans cesser nous charrie |
Plus becquetés d’oiseaux que dés à coudre |
Ne soyez donc de notre confrérie; |
Mais priez Dieu que tous nous veuille absoudre ! |
Prince Jésus, qui sur tous a maîstrie |
Garde qu’Enfer n’ait de nous seigneurie: |
À lui n’ayons que faire ni que soudre |
Hommes, ici n’a point de moquerie; |
Mais priez Dieu que tous nous veuille absoudre ! |
(traducción) |
hermanos humanos que viven después de nosotros |
No tengáis vuestros corazones contra nosotros endurecidos |
Porque si se compadecieran de nosotros los pobres |
Dios te tendrá antes gracias |
Nos ves colgando aquí, cinco, seis: |
En cuanto a la carne, que hemos alimentado demasiado |
Ella es una pieza comida y podrida |
Y nosotros los huesos nos convertimos en cenizas y polvo |
Nadie se ríe de nuestra maldad; |
¡Pero oren a Dios para que todos seamos absueltos! |
Si los hermanos claman a ti, no te debemos |
Tener desdén, aunque fuéramos muertos |
por la justicia. |
Sin embargo, sabes |
Que no todos los hombres tienen un sentido rancio |
Disculpe, ya que estamos helados. |
Al hijo de la Virgen María |
Que su gracia no se seque por nosotros |
preservándonos del rayo infernal |
Estamos muertos, el alma no nos salude |
¡Pero oren a Dios para que todos seamos absueltos! |
La lluvia nos desempañaba y nos lavaba |
Y el sol se marchitó y ennegreció |
Las urracas, los cuervos tienen los ojos ahuecados |
Y sacó la barba y las cejas |
Nunca sin tiempo nos sentamos |
Luego aquí, luego allá, a medida que cambia el viento |
A su gusto sin dejar de llevarnos |
Más picoteadas por pájaros que dedales |
No seáis, pues, de nuestra hermandad; |
¡Pero oren a Dios para que todos seamos absueltos! |
Príncipe Jesús, que sobre todo dominaste |
Evita que el infierno se enseñoree de nosotros: |
A el no tenemos nada que hacer o solo soldar |
Hombres, aquí no hay burla; |
¡Pero oren a Dios para que todos seamos absueltos! |