| Cabalgó hasta la ciudad una tormenta de polvo
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| Capa de piel de oveja en la espalda
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| Un predicador con amables ojos viejos.
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| Y un misterio para un pasado
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| Dijo que había venido a enseñar sobre
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| El amor de Dios
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| Pero pronto aprendió lo que se estaban perdiendo allí.
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| Era la justicia y la ley
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| Había un ganadero que reclamaba su clan
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| Poseía toda la tierra alrededor
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| Y cualquier tonto valiente que pueda disputar
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| Él se apresuró a apagarlos
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| Él diría: «Presta atención
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| Y no pagarás el precio
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| Porque el honor y un nombre no valen nada
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| Si no tienes tu vida.»
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| Él decía: «No hay nadie más rápido que el arma de este ganadero
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| Soy una serpiente de cascabel en el gatillo
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| Tu última batalla estará en la arena
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| Cayendo al golpe de mi martillo.»
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| Así que un hombre enseñó el perdón
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| Mientras el otro enseñaba a sufrir
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| El predicador dijo liberación
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| Podría ser descubierto de rodillas
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| Él dijo: «Sé que quieres justicia
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| Y tu quieres sangre
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| Pero créeme cuando te digo
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| No trates de ser el juez de ese hombre
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| Porque nadie es más rápido que el arma de ese ganadero
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| Es una serpiente de cascabel en el gatillo
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| Tu última batalla estará en la arena
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| Cayendo al golpe de su martillo".
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| Un día, un joven granjero llevó a sus hijos a la ciudad para alimentarlos.
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| Y notó que las calles estaban tranquilas, y supo lo que eso podría significar
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| El humo se elevó en la distancia
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| Su granja se quemó hasta los cimientos.
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| Dejó que la furia lo alcanzara
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| Cuando Cattle Man volvió a la ciudad
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| Esos chicos salieron corriendo de detrás de la multitud.
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| Y vieron morir a su papá
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| El hombre grande se rió y dijo: «Ahora mira eso
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| ¿Alguien más quiere probarlo?»
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| Bueno, las puertas de la iglesia se abrieron con esa capa negra flotando detrás del
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| los ojos ardientes del predicador
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| Él dijo: «Tu boleto para el infierno es venir a ti
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| Y tengo un punto hueco para darte el paseo.»
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| Y lo único más rápido que el arma del ganadero
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| Era el dedo hábil del predicador
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| Sacó el hierro de su costado y dejó volar esa bala
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| Vence a la serpiente de cascabel en el martillo
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| Mientras el predicador abrazó el perdón
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| Oh, finalmente entendieron
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| Bajo esa capa de piel de oveja de su
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| Era una historia de sangre |