| Capullos de rosa esparcidos por el césped como los cuadrados de Waterloo
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| Con bayonetas de espinas repeliendo a niños pequeños en busca de pelotas de tenis perdidas
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| Balas de cañón imaginarias que fueron disparadas a las piernas de la caballería al galope
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| Descansando sus sueños a la sombra de los manzanos
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| Soldados de juguete borrachos con limonada caliente
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| Y los niños sueñan con gloria y Fortunas de Guerra
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| A salvo en la cama con historias de Fortunas de guerra, Fortunas de guerra
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| A medida que el sol se pone bajo en estos campos de juego
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| Un ejército regresa con espadas y escudos
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| Tapas de cubos de basura y bastones de frambuesa vivirán para luchar otro día
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| Para medallas de guerreros, tapas de botellas de leche
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| Banderas de batalla hechas con viejos manteles de mamá.
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| Los colores brillantes corren en la lluvia de verano
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| A veces, cuando se caen, fingen que su pañuelo es un vendaje para
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| detener el sangrado
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| E imagina las calles de la ciudad y las tormentas del desierto y los campos extranjeros
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| Hay balas volando, estas son las fortunas de la guerra
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| Escuché el susurro de una silla de ruedas en un gimnasio rancio y estancado.
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| Arrastrando una chaqueta de la liga de hiedra como un matador
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| A través de los pasos nerviosos de la noche anterior
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| Lo seguí hasta el desfile de la iglesia
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| Donde él hace las paces cada día de armisticio
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| Lo vi desvanecerse, derretirse en la lluvia de otoño
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| Porque a veces cuando caen no pueden pretender
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| Que el pañuelo es un vendaje que no puede parar el sangrado
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| Están en las calles de la ciudad y las tormentas del desierto o los campos extranjeros
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| Con balas volando, estas son las Fortunas de la Guerra
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| Mientras sus hijos sueñan con glorias y Fortunas de Guerra
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| Caja fuerte en la cama con historias y Fortunas de guerra
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| De uniformes y gloria, Fortunas de guerra, Fortunas de guerra |