| Ahora los prados están iluminados por todas las flores de verano.
|
| Ahora las abejas zumban y los pájaros cantan por todas partes.
|
| Ahora el viento sopla a través de las altas copas de los árboles
|
| pero en mi jardín está marchito, oscuro y frío.
|
| Aquí está irregular y cubierto de maleza, feo y enredado
|
| y tan irremediablemente aburrido y gris como en mi pecho.
|
| Afuera, huele a todos los aromas del verano.
|
| Es verano allí, pero aquí es otoño.
|
| Viví feliz aquí contigo y mis gatos.
|
| una vida de pecado y sin cuidado de salvarse.
|
| Reconciliado con mi carácter, porque nunca lo he
|
| sido capaz de decir que no a nada.
|
| y nunca me negaron ni lo uno ni lo otro,
|
| y viví la vida, hasta que un día fui aplastado.
|
| Está comenzando contigo engañándome con otra persona,
|
| uno que dijiste que era mucho más agradable que yo.
|
| Nuestra pelea tomó semanas, los gritos se mezclaron con el llanto
|
| y me compararon a fondo con tu buen amigo
|
| Hasta que confesaste que te dio la multa
|
| ¡Entonces volvió a quedar un silencio absoluto aquí en el jardín!
|
| A partir de ese momento, ese hombre fue doblemente odiado.
|
| Había jugado contigo, con nosotros un rato
|
| Y yo, sentí que yo también estaba decepcionado
|
| Quise pelear, y fui a la derrota de mi vida
|
| Tenía el martillo listo debajo de mi chaqueta.
|
| Cuando salió con el pañuelo de seda y dijo: ¡Buen día!
|
| ¡Pasa y siéntate un rato y hablamos!
|
| Acabo de tartamudear, ahora no recuerdo qué…
|
| Y me ofrecieron coñac y puros
|
| y no pudo hacerme decir que no!
|
| Y cuando nos separamos, éramos mejores amigos y bundis
|
| ¡y me llevé a casa las cosas que olvidaste!
|
| ando en mi pompej, entre ruinas
|
| y pisoteo los restos de nuestras vidas
|
| Pero nunca me darás picos sobre lentejuelas
|
| y nunca ser el pasatiempo de otro!
|
| No, a los viejos atamos hermosas coronas
|
| y tomar nuestras vidas y mis gatos como son.
|
| Y a pesar de todo el desamor y las roturas y las pestañas
|
| ¡Te amaré de por vida, te amo! |