| Estoy en la soledad sin fondo en la ventana sin nombre
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| Me pongo de pie y escucho cómo se arrastra el silencio.
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| Una lúgubre tarde de verano cae como una pesada carga sobre mis hombros,
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| La luna mira por la ventana como un mudo reproche.
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| Y qué mal la imaginación lleva sin previo aviso
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| Tres casas diferentes donde viven mis amigos.
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| Entro en esas casas sin tocar, me dan una mano
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| Y te invitan a calentarte junto al fuego.
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| Coro:
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| La primera casa, mi casa natal, está envuelta en luz y calor, mi infancia vive en ella.
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| La segunda casa, también la mía, es dolorosamente dulce y querida, mi corazón vive en ella.
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| La tercera casa es un hogar querido, querido al dolor, pero no a la mía, entro a esta casa sin respirar...
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| Mi alma vive en él.
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| En un extraño frenesí, cambiando de color sin dificultad,
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| La imaginación crea como nunca antes:
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| Veo a mi madre en la primera casa, ella espera, probablemente
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| Que volveré a ella y me quedaré para siempre.
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| Pero ahora la distancia ha cambiado y la expectativa encarnada
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| En una habitación tranquila, el niño duerme dulcemente.
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| Y finalmente, aquí está la tercera casa: como si descendiera de un retrato
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| En él, una hermosa mujer está silenciosamente triste.
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| Coro:
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| La primera casa, mi casa natal, está envuelta en luz y calor, mi infancia vive en ella.
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| La segunda casa, también la mía, es dolorosamente dulce y querida, mi corazón vive en ella.
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| La tercera casa es un hogar querido, querido al dolor, pero no a la mía, entro a esta casa sin respirar...
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| Mi alma vive en él.
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| En la soledad sin fondo estoy solo en toda la tierra,
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| Observo cómo las tres casas se derriten sobre el cristal pintado... |