| Fui a casa del Capitán Tony
|
| Para salir del calor
|
| Entonces escuché una voz que me llamaba
|
| «Hijo, ven a tomar asiento»
|
| Tuve que buscar en mi memoria
|
| Mientras miraba esos ojos
|
| Nuestras vidas cambian como el clima
|
| Pero una leyenda nunca muere
|
| Dijo que me comí el último mango en París
|
| Tomó el último avión fuera de Saigón
|
| Tomó el primer barco rápido a China
|
| Y Jimmy todavía hay mucho por hacer
|
| Tuve una chica del tercer mundo en Buzios
|
| Con una pistola en cada mano
|
| Ella siempre me mantuvo cubierto
|
| A medida que nos movíamos de tierra en tierra
|
| Tuve una muy buena racha en Wall Street
|
| Con mi esposa modelo de alta costura
|
| Desperté seco bajo el cielo africano
|
| Solo yo y mi navaja suiza
|
| Me comí el último mango en París
|
| Tomó el último avión fuera de Saigón
|
| Tomó el primer barco rápido a China
|
| Y Jimmy todavía hay mucho por hacer
|
| Disparamos la brisa durante horas
|
| Mientras el sol caía del cielo
|
| Y como el sol desapareció
|
| Ante mis propios ojos
|
| Fue en algún lugar después de las treinta y media.
|
| Y volví a la cabeza
|
| Leí sobre la pared sucia
|
| Las palabras que dijo el anciano:
|
| Me comí el último mango en París
|
| Tomó el último avión fuera de Saigón
|
| Tomó el primer barco rápido a China
|
| Y Jimmy todavía hay mucho por hacer
|
| Me comí el último mango en París
|
| Tomó el último avión fuera de Saigón
|
| Tomó el primer barco rápido a China
|
| Y Jimmy todavía hay mucho por hacer
|
| Por eso vagamos y seguimos La Vie Dansante |