| Querida anciana, vive como vives.
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| Siento con ternura tu amor y tu recuerdo.
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| Pero solo tú no entenderás un poco -
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| Qué vivo y qué estoy haciendo en el mundo.
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| Lo que más me gusta es la primavera.
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| Me encanta el derrame con una corriente rápida,
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| Donde cada chip, como un barco,
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| Tanto espacio que no puedes verlo con tus ojos.
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| Pero mientras llega la ventisca...
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| ¡Querido! |
| Bueno, ¿cómo conciliar el sueño en una tormenta de nieve?
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| En la pipa tan lastimeramente
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| Y gime tanto tiempo.
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| Quieres acostarte, pero no ves una cama,
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| Y un ataúd estrecho y - que estás siendo enterrado.
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| Como si mil de los diáconos más nasales,
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| Ella canta con una plakida, ¡una ventisca bastarda!
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| Y la nieve cae como parches,
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| ¡Y no hay esposa ni amiga detrás del ataúd!
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| ¡Pero ya habrá tiempo, querida, querida!
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| Ella vendrá, el tiempo deseado!
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| No es de extrañar que nos sentáramos a las armas:
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| Aquel se sentó por el cañón, éste por la pluma.
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| Olvídate del dinero tú, olvídate de todo.
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| ¡¿Qué muerte?! |
| ¿Eres tú, eres tú?
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| Después de todo, no soy una vaca, ni un caballo, ni un burro,
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| ¡Para sacarme del establo!
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| Saldré yo mismo cuando sea el momento adecuado,
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| Cuando tienes que disparar al planeta,
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| Y cuando regrese, te compraré un pañuelo,
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| Bueno, compraré estas cosas para mi padre.
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| Pero mientras llega la ventisca... |