| Todo lo que hay entre nosotros y el cielo
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| Vidrio de fuego y persianas polvorientas
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| Así que garabateé tu nombre, luego el mío
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| Solo para verlos uno al lado del otro
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| Tu jefe se tira de los pelos
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| Si tan solo supiera por qué no estás
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| Campanas y martillos rompen el día de vigilia
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| Como la sobriedad lleva sus cadenas
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| Y me miras a los ojos
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| Y di que has terminado con ese disfraz
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| Como está esparcido al lado de tu cama
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| Te comprometes a nunca volver a ponértelo
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| Pensé que sería un ermitaño para siempre
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| ¿Puede ser todavía así?
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| Mientras estemos juntos
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| Eres como el fuego para el pino
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| Todo el mundo está detrás de esos ojos
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| Mientras los relojes tiemblan y se desmoronan en las pilas
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| Creo que somos los únicos que quedan vivos
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| Todas las reglas parecen extrañas y falsas.
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| Cada hora que pasa, por ahí parece más mal
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| Me temo que hemos estado dentro durante días.
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| Y nuestro miedo, la sobriedad espera
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| Mientras te miro a los ojos
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| Me pregunto cuándo fue la última vez que cenamos en compromisos.
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| Nunca los fabricamos, solo los tiramos
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| con un abrazo
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| Todas estas reglas han pasado de alguna manera
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| Todas las grietas en el vidrio de la ventana
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| lo besaré
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| El borracho de tres noches
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| Así que saborea estos fragmentos de fuegos artificiales mientras vuelan
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| Todos estos fragmentos de fuegos artificiales mientras lloran
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| Pensé que sería un ermitaño para siempre
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| ¿Puede ser todavía así?
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| Por ahora, estamos juntos
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| Pensé que sería un ermitaño para siempre
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| ¿Puede ser todavía así?
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| Por ahora, estamos juntos |