| Tu escarlata empapada y audaz
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| y los ojos de las ovejas fijos en los míos, se hunden hasta mis huesos.
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| Aunque tus labios todavía gotean, intenciones, me mantienen con ganas de más...
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| Se está levantando contra todos los muros que construimos para caer.
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| Todos los muros que construimos se mantienen en vano para atraerte.
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| Es la lana para esconder a los lobos.
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| Y bajo estos dedos de los pies desde donde hablamos por última vez, Tus palabras quedaron tan firmes.
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| Pero no me despojé de esa piel como dijiste.
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| Cuando el albañil descuida la argamasa, las apariencias engañan
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| y cuando los ladrillos empiezan a caer,
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| Yo seré el que se arrastre por este camino tan oscuro.
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| Vicios como víboras
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| Habla en susurros.
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| Mi talón es la carne para hundir sus dientes,
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| Como la víbora que guardé cuando dijiste: «¡Suéltame!»
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| Esto es lo que me tomó ver.
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| CUANDO YO SOY DIOS, esta iglesia no es sólida.
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| deslizándose a la sombra de una iglesia que se hunde,
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| La sorpresa no es excusa para las trampas que dejaste a raíz de la advertencia.
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| Así que esta es la advertencia, te enamoras de aprender.
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| Y a las chicas,
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| Vales más que las palabras baratas.
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| Ves tu cuerpo como belleza, pero tu pulso vale más.
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| Escúchame, no es lo que parece, aunque la alimentación sabe a honestidad.
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| Esta es la advertencia, solo eres un golpe para persuadir mi urgencia.
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| ¿Por qué conservamos lo que nos retiene? |
| ¿Por qué sigo con lo que me detiene?
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| Pierde el peso de la derrota. |
| ¡Es hora de mantenerse firme!
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| Vicios como víboras
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| Habla en susurros.
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| Mi talón es la carne para hundir sus dientes,
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| como la víbora
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| Me quedé cuando dijiste: «¡Suéltame!»
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| Dado que todas las coartadas de la ignorancia son nulas...
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| Esto, mi lujuria, los pornos y las putas.
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| Toma, mi lujuria, el Amor de este mundo.
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| Gran Consejero, toma lo que queda.
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| Gran Consejero, toma lo que queda de mí. |