| En la almohada, observo a la guardia de medianoche como un viejo guerrero caído.
|
| Cada vez del tesoro del cielo, la moneda de oro de la luna apenas cae...
|
| Bajo la armadura, la tímida cierva tiembla, eternamente perseguida por los oscuros contornos del miedo.
|
| ¿Quién teme a las laderas apacibles del sueño…
|
| Extraño nuestro amor, cariño… Sin él, la vida se corona en vano…
|
| Te extraño, la forma en que eras... Te extraño... Tan loco...
|
| Sé que al tiempo no le gustan los héroes… Y que todo templo lo ha profanado…
|
| Pero para mí, aquí, nada más que nosotros dos era bueno...
|
| Cuando busco un camino hacia el centro de mí mismo, los caminos se vuelven cada vez más estrechos...
|
| Y me escondo al abrigo de tu oído como un doble pendiente de cereza…
|
| Pero logro resistirme una vez más susurrando que te amo en ruso esta noche…
|
| ¿Cuáles son las palabras... Pedernal que se escapa entonces...
|
| Echo de menos nuestro amor, cariño... Y sin él, esta polla cambia de humor...
|
| Te extraño, la forma en que eras... Te extraño... Tan loco...
|
| Sé que el tiempo cambia los colores de todo... Y que el fuerte resplandor oscureció...
|
| Pero para mí, no significaba nada más que nosotros dos...
|
| A veces pones una sonrisa como lentejuela mágica en mi sombrero de fieltro…
|
| Y luego soy mío... Porque no importa cómo me llames, solo soy tu Arlequín personal...
|
| A veces más... Lágrimas manchan tinta... Y quien domina la pared en el laberinto...
|
| Así de simple... A veces todavía llegamos a nosotros...
|
| Echo de menos nuestro amor, cariño... Sin él, el frío corre por mis venas...
|
| Te extraño, la forma en que eras... Te extraño... Tan loco...
|
| Sé que el tiempo siempre pasa factura… ¿Y no sé qué nos ahorraría?
|
| Pero para mí, bueno, nada más que nosotros dos valía la pena… |