| Así que tu bebé tiene a toda la ciudad hablando
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| Y dicen que es mejor que abras los ojos
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| Y actúas como si nunca lo vieras venir
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| A pesar de que tienes un buen consejo
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| Y nunca has sido un ángel tú mismo
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| Pero ahora vas a saber cómo se siente
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| Así que deja de llorar como si tu triste vida hubiera terminado
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| Nunca estuviste realmente loco
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| Pero no conocerías el amor si lo perdieras
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| Aunque te arrepientas del adios
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| Pero dejas que tu corazón te guíe ciego al amor
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| Cuando confiabas en un ojo errante
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| Pobre bebé, tienes el corazón medio roto
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| Y ahora es el momento de reaccionar exageradamente
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| Hacer una escena como si estuvieras filmando un western
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| Y el diálogo está lleno de acción.
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| Probablemente sea mejor que lo hayas sacado todo
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| Y ahora es hora de seguir adelante
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| Porque sabías en el fondo cuando mirabas esos ojos
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| Realmente siempre había algo mal
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| Pero no conocerías el amor si lo perdieras
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| Aunque te arrepientas del adios
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| Pero dejas que tu corazón te guíe ciego al amor
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| Cuando confiabas en un ojo errante
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| Eres como el ratón de campo junto al río
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| Mirando al otro lado
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| Hasta nadó a tu bebé como un viejo caimán
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| Dijo súbete, chico, te daré un paseo
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| Y aunque escuchaste muchas promesas
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| Nunca viste la otra orilla
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| Oye, pero solo un tonto hubiera creído al caimán.
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| Y lo sabías cuando subiste a bordo
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| Pero no conocerías el amor si lo perdieras
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| Aunque te arrepientas del adios
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| Pero dejas que tu corazón te guíe ciego al amor
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| Cuando confiabas en un ojo errante
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| Tuviste un amor frío como la piedra y lo perdiste
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| Aunque te arrepientas del adios
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| Pero dejas que tu corazón te guíe ciego al amor
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| Cuando confiabas en un ojo errante |