| Dios mío, qué cansada está,
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| Este deshielo de otoño
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| Todo el día hasta las rodillas en el barro
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| Apenas puedes arrastrarte a lo largo del verst.
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| Tal vez levantarse y esperar la escarcha de la noche,
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| para no sufrir más
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| Y a las primeras prisas por venir al amanecer
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| Casa mortalmente cansada.
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| Estoy volviendo. |
| El suelo con la primera nevada
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| Protegido del mal de ojo del cielo,
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| El cielo hacia el otoño, se puede ver
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| Cansado de predicar luz y calor.
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| El viento llora, muerte universal
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| Recordando con una canción triste,
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| Sólo estoy hasta las rodillas en el barro
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| Estoy tratando de caminar esta muerte por despecho.
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| Estoy volviendo. |
| árboles desnudos
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| Ocultándose vergonzosamente en el crepúsculo,
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| No me reconocieron, se avergonzaron,
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| Pero una vez los crié.
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| Incluso un mes, mi compañero es aburrido,
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| Se esconde asustado en las nubes,
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| Sólo una áspera caricia de escarcha,
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| Como antes, me cobijó en el camino.
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| El camino no está cerca, ventisca gris
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| Cubre mis huellas hasta la primavera.
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| Soy el último en caminar por el camino
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| Hasta el Velo que comenzó en la noche.
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| Por la mañana el mundo será prístino,
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| Sin conocer ni la felicidad ni la desgracia,
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| Así que la suciedad es solo un umbral
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| Felicidad de lo nuevo y belleza del ser. |