| Ve a encender la linterna en tu puerta
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| y honrar a los que se han ido antes.
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| Los mundos que nos separan ahora son dos
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| porque la Víspera de Todos los Santos está aquí de nuevo.
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| El sol poniente se vuelve pálido y pálido.
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| El día oscurece, las noches se alargan.
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| Las hojas de otoño están marcadas con fuego;
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| la fruta cuelga madura sobre la zarza.
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| Ve a encender la linterna en tu puerta
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| y honrar a los que se han ido antes.
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| Los mundos que nos separan ahora son dos
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| porque la Víspera de Todos los Santos está aquí de nuevo.
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| Barrer el hogar y limpiar la rejilla
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| y ofrezco cariñosa bienvenida a tu puerta.
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| Recoger la cosecha final en
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| por todas las dificultades que trae el invierno.
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| Ve a encender la linterna en tu puerta
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| y honrar a los que se han ido antes.
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| Los mundos que nos separan ahora son dos
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| porque la Víspera de Todos los Santos está aquí de nuevo.
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| Entre las hogueras, pisar ligero
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| y bendice el año que viene.
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| Las estaciones se vuelven escarcha y rocío
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| Antes que el sol se renueva su fuerza.
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| Ve a encender la linterna en tu puerta
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| y honrar a los que se han ido antes.
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| Los mundos que nos separan ahora son dos
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| porque la Víspera de Todos los Santos está aquí de nuevo.
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| Ve a encender la linterna en tu puerta
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| y honrar a los que se han ido antes.
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| Los mundos que nos separan ahora son dos
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| porque la Víspera de Todos los Santos está aquí de nuevo.
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| Los mundos que nos separan ahora son dos
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| porque la Víspera de Todos los Santos está aquí de nuevo. |