| Yo tenía diecinueve años, tú veintiuno
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| El año en que nos comprometimos
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| Todos dijeron que éramos demasiado jóvenes
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| Pero lo hicimos de todos modos
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| Compramos nuestros anillos por cuarenta cada uno
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| De una casa de empeño en el camino
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| Hicimos nuestros votos y dimos el salto
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| Ahora hace quince años
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| Fuimos a bailar en los campos minados
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| salimos a navegar en la tormenta
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| Y fue más difícil de lo que soñamos
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| Pero creo que para eso es la promesa
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| «Sí, quiero» son las dos últimas palabras más famosas
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| El principio del fin
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| Pero perder la vida por otro he oído
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| Es un buen lugar para comenzar
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| Porque la única forma de encontrar tu vida
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| es dar tu propia vida
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| Y creo que es un precio fácil
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| Por la vida que hemos encontrado
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| Y estamos bailando en los campos de minas
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| Estamos navegando en la tormenta
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| Esto es más difícil de lo que soñamos
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| Pero creo que para eso es la promesa
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| Así que cuando pierdo mi camino, encuéntrame
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| Cuando suelte las cadenas del amor, átame
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| Al final de toda mi fe, hasta el final de todos mis días
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| Cuando olvide mi nombre, recuérdamelo
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| Porque llevamos la luz del Hijo del Hombre
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| Así que no hay nada que temer
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| Así que caminaré contigo en las tierras sombrías
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| Hasta que las sombras desaparezcan
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| Porque prometió no dejarnos
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| Y sus promesas son verdaderas
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| Así que frente a todo este caos, cariño,
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| puedo bailar contigo |