| Cada vez que abro la boca | 
| Me quito la ropa | 
| Estoy crudo y congelado de | 
| Siendo expuesto | 
| Tengo manos rojas con costras | 
| Y pies morados con costras | 
| Y puedes olerme viniendo de | 
| A mitad de camino por la calle | 
| Y recuerdo que ese viejo hotel tenía bastante olor | 
| Dónde iría a usar el teléfono | 
| Entre la tienda de donas y la pizzería | 
| Donde aprendí a vivir solo | 
| Dulces dieciséis y sonriendo | 
| Mi salida de cualquier atasco | 
| Aprendiendo los caminos del mundo, oh mi | 
| Aprendiendo los caminos del hombre | 
| Y yo realmente no quería un bebé | 
| Y supongo que tuve una opción | 
| Pero solo lo dejo crecer dentro de mí | 
| Esta vocecita persistente | 
| Y supongo que la puse en marcha | 
| Y luego huir es lo que hizo | 
| Y eso es parte de lo que pienso sobre | 
| Cuando pienso en ese niño | 
| Así que ahora no queda nada que desear | 
| Excepto por los autos que pasan | 
| La cacofonía de las luces de la ciudad | 
| Está ahogando las estrellas | 
| Este banco del parque es un bote salvavidas | 
| Y el resto un gran mar oscuro | 
| Y voy a quedarme aquí hasta que | 
| Algo viene y me encuentra | 
| Sí, tengo esta vieja cara cansada | 
| Todavía sonriendo la mayor parte del tiempo | 
| Solo porque no tiene una mejor manera | 
| Para expresar lo que está en su mente | 
| Y tengo este monólogo continuo | 
| Entretenido en su indignación | 
| Y tengo aire de animal | 
| Eso ha estado viviendo en una jaula | 
| Cada vez que abro la boca | 
| Me quito la ropa | 
| Estoy crudo y congelado de | 
| Siendo expuesto | 
| Tengo manos rojas con costras | 
| Y pies morados con costras | 
| Y puedes olerme viniendo de | 
| A mitad de camino por la calle |