| Carga el viejo camión Dodge
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| Dejaremos lo que no podemos vender
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| Nadie necesita las herramientas de un aparcero
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| O un pozo lleno de polvo
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| Darte una última mirada alrededor
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| derramarte una última lágrima
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| Por el arado roto, los sueños rotos
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| Y la vida que estamos dejando aquí
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| Tire de las líneas hacia abajo con fuerza
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| Los niños pueden viajar encima de la carga.
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| En el fresco de la noche
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| Pueden arrastrarse debajo de la lona.
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| Para no pasar frío
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| Mil cien millas de montaña y arena
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| Los cruzaremos cansados y desgarrados
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| Si este camión destartalado puede llevarnos
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| Lo suficientemente lejos de la tormenta
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| nos vamos a California
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| Allí hay trabajo para un hombre.
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| Demasiado orgulloso para rogar por caridad
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| Demasiado pobre para hacer una parada
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| Reza para que sea solo la tierra que estamos perdiendo
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| No es la sangre de mi vida que dejo
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| En los mangos de ese arado roto
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| Eso me persigue en mis sueños
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| Un hombre en una estación de carretera
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| No me gusta tratar con mi tipo
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| Me ganaría con mi último dólar
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| Y nunca me mires a los ojos
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| Los escuché llamarnos okies
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| Demonios, no sé qué significa eso
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| Pero algo me dice la tierra prometida
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| No es tan prometedor como parece
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| Este camino inquieto está lleno de extraños
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| No son más extraños que yo
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| Los rostros endurecidos maldicen el polvo y maldicen el viento
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| Eso nos alejó de esta vida y hogar.
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| Nunca lo sabremos de nuevo
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| En los mangos de mi arado roto que me persigue en mis sueños |