| Junto a un arroyo de montaña que canta
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| Donde creció el sauce
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| Donde la hoja de plata del arce
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| Brillaba en el rocío de la mañana
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| Trencé ramitas de sauce
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| Hice una cadena de cuentas de castaño de indias
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| Pero carne y sangre necesita carne y sangre
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| Y tú eres el que necesito
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| Carne y sangre necesita carne y sangre
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| Y tú eres el que necesito
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| Me apoyé contra la corteza de abedul
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| Y respiré el rocío de miel
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| Vi una bandada de gansos que se dirigía al norte
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| Contra un cielo de azul bebé
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| Junto a los muchos caminos
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| Tallé un silbato de una caña
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| La madre naturaleza es toda una dama
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| Pero tú eres el que necesito
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| Carne y sangre necesita carne y sangre
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| Y tú eres el que necesito
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| Un cardenal cantó solo para mí
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| Y le agradecí por la canción
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| Entonces el sol se puso lentamente en el oeste
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| Y tuve que seguir adelante
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| Estas fueron algunas de las cosas
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| De la que se alimentan mi mente y mi espíritu
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| La madre naturaleza es toda una dama
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| Pero tú eres el que necesito
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| Carne y sangre necesita carne y sangre
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| Y tú eres el que necesito
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| Así que cuando terminó el día
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| Todavía no estaba satisfecho
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| Porque sabía todo lo que tocaba
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| Se marchitaría y moriría
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| Y el amor es todo lo que quedará
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| Y crecer de todas estas semillas
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| La madre naturaleza es toda una dama
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| Pero tú eres el que necesito
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| Carne y sangre necesita carne y sangre
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| Y tú eres el que necesito |