| «¿Adónde vas, joven compañero, mi muchacho?
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| ¿En esta resplandeciente mañana de mayo?»
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| «Me voy a unir a los Colores, papá
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| Están buscando hombres, dicen.»
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| «Pero eres solo un niño, joven muchacho, mi muchacho
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| No estás obligado a ir.»
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| «Pues yo tengo diecisiete y cuarto, papá
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| Y siempre tan fuerte, ya sabes.»
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| «Así que te vas a Francia, joven amigo, mi muchacho
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| Y te ves tan en forma y brillante.»
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| «Siento mucho dejarte, papá
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| Pero siento que lo estoy haciendo bien.»
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| «Dios te bendiga y te guarde, joven, mi muchacho
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| Eres toda mi vida, lo sabes.»
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| "No te preocupes. |
| Pronto volveré, querido papá.
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| Y estoy muy orgulloso de ir.»
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| «¿Por qué no escribes, joven muchacho, muchacho?
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| Miro la publicación todos los días;
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| Y te extraño tanto y estoy terriblemente triste
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| Y hace meses que te fuiste
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| Y he encendido el fuego en el salón
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| Y lo mantengo ardiendo brillante
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| Hasta que mi hijo llega a casa, y aquí me siento
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| En la noche tranquila.»
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| «¿Qué pasa, joven muchacho, muchacho?
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| Ninguna carta de nuevo hoy
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| ¿Por qué el cartero se veía tan triste?
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| ¿Y suspirar cuando se dio la vuelta?
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| Bueno, los escucho decir que hemos ganado un nuevo terreno
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| Pero un precio terrible que hemos pagado:
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| Dios quiera, muchacho, que estés sano y salvo;
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| Pero, oh, tengo miedo, miedo.»
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| «Me han dicho la verdad, Joven Compañero Mi Muchacho
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| Nunca volverás de nuevo:
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| (¡Oh Dios! los sueños y los sueños que he tenido
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| Y las esperanzas que he alimentado en vano.)
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| Porque pasaste en la noche, Joven Compañero Mi Muchacho
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| Y probaste en la cruel prueba
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| Del caparazón que grita y el infierno de batalla
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| Que mi chico era uno de los mejores.»
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| «Así que vivirás, vivirás, Joven Compañero Mi Muchacho
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| En el brillo de la estrella vespertina
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| En la nota de madera salvaje y la risa del niño
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| En todas las cosas dulces que son
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| Y nunca morirás, mi maravilloso niño
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| Mientras la vida es noble y verdadera:
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| Por toda nuestra belleza y esperanza y alegría
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| Se lo debemos a nuestros muchachos como tú.» |