| Al atardecer de un día de otoño
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| Traté de engañar al destino
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| Pero condujo el caballo negro,
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| Y la niebla cubrió mi camino.
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| Dio la casualidad, lo siento, señora, -
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| La vida y la muerte no dependen de nosotros
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| Y caí de cara a las nubes
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| Y, perdiendo el conocimiento, señora,
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| He pensado en ti con amor.
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| Coro:
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| Dios te bendiga.
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| Y la felicidad está cerca de ti
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| Que sea en el mundo en todas partes y siempre.
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| Dios te bendiga,
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| y hasta te miro
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| Nunca me preocuparé de nuevo.
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| Dios te bendiga,
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| Como una espina real
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| Mantiene mi sueño en el otro lado.
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| Y deja otro fan a tus pies
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| Te recuerda un poco a mí.
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| Te recuerda un poco a mí.
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| No llegué a usted, señora.
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| No tenía suficiente fuerza y fuego.
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| Pero, habiendo venido a la iglesia el domingo,
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| Ruega, señora, por mí.
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| En las profundidades de las columnas bizantinas
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| En el bendito silencio de la iglesia
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| Bajo el timbre de la oración de la tarde
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| Pones una vela cerca de los iconos.
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| En memoria de mi alma pecadora.
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| Coro:
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| Dios te bendiga
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| En lluvias y nevadas.
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| Dios te bendiga
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| En todas partes y siempre.
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| Y yo sin querer, con una palabra o una mirada
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| Nunca te molestaré de ahora en adelante.
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| Dios te bendiga,
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| Como una espina real
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| Mantiene mi sueño en el otro lado.
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| Y deja otro fan a tus pies
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| Te recuerda un poco a mí.
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| Te recuerda un poco a mí. |