| A la orilla lejana del Mar Blanco
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| Estoy volando de nuevo, sin discutir con el destino.
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| Y tú, mi tímido sueño,
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| No retuerzas tus manos por el dolor.
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| Otra despedida:
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| Reproche, molestia, disgusto.
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| Vuelo para ser tratado por la distancia,
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| No creo en una cura en absoluto.
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| Corro hacia el cielo con sentimientos tormentosos
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| Del círculo vicioso.
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| Deja que las nubes se rompan en mechones
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| Volveremos a estar separados unos de otros.
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| Y que ellos, guíen desde la tierra,
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| Un lecho de plumas yace blanco como la nieve,
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| Debajo de alguien más, ejemplar
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| Seguirás siendo una esposa, como antes.
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| Y estoy conmigo todos los colores del otoño
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| Tomaré ventiscas de nieve,
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| Donde los azules azules son raros,
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| Donde los pensamientos son pecaminosos, intoxicados.
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| Tomaré torbellinos de hoja caduca,
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| Vientos sobre estanques helados.
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| Tomaré pensamientos sin alegría,
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| Indestructible durante años.
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| Y a lo largo del bucle ... patines,
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| Manantiales de esperanza, a través de la oscuridad de la duda
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| Dibujará un parque brillante del invierno.
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| En la nieve de las capas de la vida
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| Luz verde de esperanza fantasmal,
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| El único dado por el destino.
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| Adiós, mi dolor de siempre.
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| Todo tuyo, rebelde, inquieto.
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| Eso es todo. |
| Hasta. |